BALONCESTO GRAN CANARIA
"No preguntes qué puede hacer por tí el equipo. Pregunta qué puedes hacer tú por él". Magic Johnson.
La gran satisfacción deportiva del verano fue el Campeonato del Mundo de baloncesto celebrado de Japón. Además de la emoción y plasticidad propias de este deporte, se pudo disfrutar de partidos con mucha tensión, igualados hasta el final, o partidos que en los últimos segundos lo consiguió ganar el equipo que peor lo tenía. De todos los encuentros disputados cabe señalar el de la final, que fue el que le proporcionó al equipo español el campeonato del mundo, después de haber jugado cuarenta minutos perfectos.
A ello, que ya de por sí es muchísimo, tenemos que añadir que el grupo humano que formaba el equipo dio una lección de cómo hay que hacer las cosas, de saber estar; y, tenemos que mencionar también, la muerte del padre del entrenador justo la noche antes de la final. Todo ello dio un valor añadido a lo meramente deportivo, que se vio reflejado en los actos de homenaje y entrevistas que los protagonistas vivieron los días posteriores a la final.
En uno de esos actos, el entrenador dijo que a partir de ahora una palabra iba a ser muy importante: “BALONCESTO”; mientras que en algunas entrevistas en programas deportivos en los que el fútbol ocupa todo el espacio, se argumentaba que no se informa más de baloncesto por los horarios y no se qué más tonterías, cuando todos vemos que no se da más protagonismo al baloncesto porque otros intereses lo impiden.
Pues bien, el verano pasó, han vuelto las competiciones, y hemos vuelto a escuchar las mismas historias de los últimos años: frustraciones tremendas generadas por el fútbol y muy buenas sensaciones ofrecidas por el baloncesto.
Hoy el equipo de Gran Canaria le ha ganado al de Barcelona, después de que éste se convirtiera en el segundo equipo europeo en ganar a uno de la liga profesional de Estados Unidos. A pesar de todo, seguimos viendo como colectivos y personas siguen empeñadas en “vender” y hablar de fútbol mientras que el baloncesto continúa peleando por mejorar, y en Gran Canaria sobran los ejemplos.
En los actos de homenaje mencionados, hubo un asunto en el que se hizo bastante hincapié: el baloncesto, además de las cuestiones estrictamente deportivas, en las que se trabaja con los jugadores aspectos técnicos, tácticos, físicos, de concentración, etc.; es una forma de transmitir unos valores que están mucho más acordes con los que deben interiorizar las personas de una sociedad educada y respetuosa con todos. En este sentido, el baloncesto se sitúa al otro lado del soez y desagradable espectáculo del fútbol, sobre todo el que éste transmite desde las gradas.
Por todo ello, se recomienda encarecidamente que se disfrute del baloncesto y se practique baloncesto, sobre todo en los niños/as, porque hay que ser contradictorio para llevar a un niño/a, cada fin de semana, por esos campos de fútbol, a escuchar lo que escuchan, a interiorizar esas formas y esas conductas tan poco recomendables.
Una tansgresión más en un momento tan uniforme.
A ello, que ya de por sí es muchísimo, tenemos que añadir que el grupo humano que formaba el equipo dio una lección de cómo hay que hacer las cosas, de saber estar; y, tenemos que mencionar también, la muerte del padre del entrenador justo la noche antes de la final. Todo ello dio un valor añadido a lo meramente deportivo, que se vio reflejado en los actos de homenaje y entrevistas que los protagonistas vivieron los días posteriores a la final.
En uno de esos actos, el entrenador dijo que a partir de ahora una palabra iba a ser muy importante: “BALONCESTO”; mientras que en algunas entrevistas en programas deportivos en los que el fútbol ocupa todo el espacio, se argumentaba que no se informa más de baloncesto por los horarios y no se qué más tonterías, cuando todos vemos que no se da más protagonismo al baloncesto porque otros intereses lo impiden.
Pues bien, el verano pasó, han vuelto las competiciones, y hemos vuelto a escuchar las mismas historias de los últimos años: frustraciones tremendas generadas por el fútbol y muy buenas sensaciones ofrecidas por el baloncesto.
Hoy el equipo de Gran Canaria le ha ganado al de Barcelona, después de que éste se convirtiera en el segundo equipo europeo en ganar a uno de la liga profesional de Estados Unidos. A pesar de todo, seguimos viendo como colectivos y personas siguen empeñadas en “vender” y hablar de fútbol mientras que el baloncesto continúa peleando por mejorar, y en Gran Canaria sobran los ejemplos.
En los actos de homenaje mencionados, hubo un asunto en el que se hizo bastante hincapié: el baloncesto, además de las cuestiones estrictamente deportivas, en las que se trabaja con los jugadores aspectos técnicos, tácticos, físicos, de concentración, etc.; es una forma de transmitir unos valores que están mucho más acordes con los que deben interiorizar las personas de una sociedad educada y respetuosa con todos. En este sentido, el baloncesto se sitúa al otro lado del soez y desagradable espectáculo del fútbol, sobre todo el que éste transmite desde las gradas.
Por todo ello, se recomienda encarecidamente que se disfrute del baloncesto y se practique baloncesto, sobre todo en los niños/as, porque hay que ser contradictorio para llevar a un niño/a, cada fin de semana, por esos campos de fútbol, a escuchar lo que escuchan, a interiorizar esas formas y esas conductas tan poco recomendables.
Una tansgresión más en un momento tan uniforme.
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