ZONA DE TRANSGRESIÓN

Un espacio en el que opinar con total libertad, en ocasiones con cierta ironía, pero con respeto.

11 octubre, 2006

LOS CONFUNDIDORES


"La gente generalmente confunde lo que lee en los periódicos con las noticias". Abbott Liebling
Esta última legislatura está muy condicionada por el lío y la confusión. Parece que tanto los políticos profesionales como los periodistas se empeñan cada día en leernos, cuando no dictarnos, sus mismos guiones escritos y enlatados para repetir cada vez que la ocasión sea propicia. Leía hace algunos meses una entrevista hecha al corresponsal en España de una publicación alemana y, cuando le preguntaron por los medios de comunicación españoles, dijo que lo más que le sorprende es lo pegados que están y lo sumisos que son con el poder político; tal es así, que si nos queremos enterar de lo que realmente pasa, tenemos que leer o escuchar al menos a cuatro medios diferentes.
Y no le falta razón. Los medios de comunicación en España no son el cuarto poder, son el ariete que el poder político utiliza contra el adversario y, por extensión, contra ese sector de la sociedad que no comulga con las tesis que desde la dirección del medio, en perfecta sintonía con la dirección del partido, se defienden.
Es por eso que, dependiendo de quien ostenten el poder político, se hace “periodismo de investigación” o “periodismo de alabanza”; se hacen entrevistas duras para que los ciudadanos/as estén bien o, por el contrario se brindan entrevistas para que la propaganda llegue a la ciudadanía. Este hecho explica que hayamos tenido que oír que la intervención militar en Irak mereció la pena porque, por lo menos, la ciudadanía irakí puede votar. (Lo dijo la periodista cuando votaron en el referéndum que se convocó después de que terminaran de elaborar su constitución). Hoy nos ha dicho la prestigiosa revista científica ‘The Lancet’ que desde marzo de 2003 en que se inició la invasión en Irak han muerto 650.000 personas. Ello supone una media de 500 personas muertas diariamente, lo que multiplica por 20 las últimas estimaciones hechas por la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica. ¿Mereció la pena?. Lo que hay que oír por tan poca independencia profesional.
En este país te enteras de lo mismo si escuchas a un político o a sus medios, ambos repiten machaconamente las mismas tesis, día tras día, sin mostrar el más mínimo síntoma de haber escuchado al otro. Esa actitud y ese discurso hastía.
Y a ese estado nos han llevado incluso con el problema del terrorismo: lo están banalizando tanto, lo están utilizando y manipulando tanto, que lo han conseguido. El último botón del lío y la confusión intencionada nos lo acaban de dar. El terrorista De Juana abandonó la huelga de hambre en la que estaba desde hace más de dos meses; además se filtra que la fiscalía piensa rebajar la pena a solicitar, por una causa que tiene pendiente con la justicia, de noventa y seis a seis años de cárcel; ello se relaciona con el “proceso de paz” y se interpreta como una muestra de debilidad del Gobierno frente a los terroristas. Porque el objetivo es confundir y no informar, periodistas y políticos profesionales mezclan los hechos, que en este caso son: el terrorista asesinó a veinticinco personas; se le detuvo y juzgó con el Código Penal que este país tenía en vigor cuando se le puso ante la justicia; el Código Penal se cambió y endureció para las penas por terrorismo porque aquel ( elaborado en los últimos años del franquismo) era demasiado blando; el terrorista cumplió aquella condena, pero como se considera que ha estado poco tiempo en prisión, sobre todo si lo comparamos con lo que tendría que estar si se le hubiese juzgado con el nuevo Código, se le imputa un nuevo delito de exaltación del terrorismo por unos artículos que publicó en un medio y se le impide salir de la cárcel; para este nuevo delito el fiscal pedía noventa y seis años de cárcel y ahora, según se ha filtrado, parece que va a pedir seis años.
Si esto es así, lo que nadie puede hacer, sea político o periodista, es afirmar que es inadmisible que el fiscal rebaje la solicitud de pena a un terrorista que asesinó a veinticinco personas de noventa y seis a seis años, porque está mezclando los hechos y confundiendo intencionadamente. Debería decir que la condena que se le impuso por aquellos veinticinco asesinatos fue muy benévola, por eso se ha modificado el Código Penal, y que solicitar seis años de cárcel por exaltar el terrorismo y amenazar es poco. Que digan claramente que por estos delitos solicitan noventa y seis años de cárcel. De modo que abandonen el intento de confundirnos y demuestren algo más de profesionalidad y sentido común.