DESENFOCADOS
Los líderes que manejan el mundo se han convencido de que están desenfocados, y no ha sido fácil que admitan su déficit, nos ha costado cientos de miles de muertos en Oriente Medio, varios miles de muertos en sus ejércitos, innumerables manifestaciones ciudadanas por todo el mundo, burlas y descalificaciones a quienes no opinan como ellos, varias guerras y postguerras y unas elecciones, entre otros. Por desgracia, han tenido que perder las elecciones para admitir su carencia, mejor dicho, han tenido que perder unas elecciones para que se vean obligados a dar otras explicaciones y corregir sus actuaciones, porque ya quedó claro que la excusa de las armas de destrucción masiva fue una mentira mundial, detener y juzgar al dictador iraquí ha sido una desfachatez, porque con ese mismo dictador se hicieron muchos negocios con anterioridad, e implantar en Irak un sistema democrático a cañonazos ha sido el último clavo ardiendo al que se han agarrado los “neocons” (es decir, los “cons” de toda la vida pero con menos edad).
El último párrafo de este costosísimo fracaso, que aún no sabemos como acabará, lo ha escrito el grupo de trabajo encabezado por el republicano James Baker y el demócrata Lee Hamilton. Ellos han presentado a la Cámara Norteamericana y al propio Presidente de EEUU lo que ya se conoce como el informe Baker-Hamilton, en el que recogen setenta y nueve recomendaciones para alcanzar una salida de Irak lo menos desastrosa posible.
El informe recomienda trabajar en dos líneas que sólo los desenfocados han querido ignorar: esforzarse en la vía diplomática, especialmente con Siria e Irán, y planificar una retirada gradual de las tropas, que deben concentrarse sólo en misiones de adiestramiento y apoyo logístico a las fuerzas iraquíes. Además, el informe insiste en que hay que resolver el problema árabe – israelí si se quiere de verdad estabilizar la zona, en que el presidente de EEUU debería recalcar que su país no busca controlar el petróleo iraquí, propone revisar la Constitución Iraquí recientemente aprobada, y por último, la comisión subrayó que los cargos militares y los servicios de inteligencia han minimizado sistemáticamente la violencia en Irak para ajustarse a los objetivos políticos de la Administración Bush.
Pero el principal problema radica en que quienes han invadido Irak han desmantelado el Estado, especialmente el ejército y la policía. Fue ésta una de las primeras decisiones que Paul Bremer, Director de la Reconstrucción y Asistencia Humanitaria a Irak, tomó cuando decidió expulsar del aparato del estado a todos los militantes del partido Baaz (el de Sadam). El vacío ocasionado está siendo muy costoso por no tener una alternativa para sustituir a los miembros de las cuerpos de seguridad iraquíes y porque los ha colocado como adversarios frente al nuevo gobierno. Es por ello, entre otros motivos, por lo que EEUU tiene dificultades para abandonar el país invadido y lo deja inmerso en una guerra civil.
Es más, cuando algunos militares con experiencia les hacían ver sus deficiencias, los miembros del equipo de Bremer dejaban claro que "nosotros elaboramos la política y ellos deben llevarla a la práctica", "los jefes somos nosotros, no ellos". Esta es una de las razones que explica la desastrosa situación en la que se encuentra ese país y que el informe pretende solventar en un periodo de dos años aproximadamente. La presión de las elecciones les hará buscar una salida al problema o hundirse definitivamente.
El último párrafo de este costosísimo fracaso, que aún no sabemos como acabará, lo ha escrito el grupo de trabajo encabezado por el republicano James Baker y el demócrata Lee Hamilton. Ellos han presentado a la Cámara Norteamericana y al propio Presidente de EEUU lo que ya se conoce como el informe Baker-Hamilton, en el que recogen setenta y nueve recomendaciones para alcanzar una salida de Irak lo menos desastrosa posible.
El informe recomienda trabajar en dos líneas que sólo los desenfocados han querido ignorar: esforzarse en la vía diplomática, especialmente con Siria e Irán, y planificar una retirada gradual de las tropas, que deben concentrarse sólo en misiones de adiestramiento y apoyo logístico a las fuerzas iraquíes. Además, el informe insiste en que hay que resolver el problema árabe – israelí si se quiere de verdad estabilizar la zona, en que el presidente de EEUU debería recalcar que su país no busca controlar el petróleo iraquí, propone revisar la Constitución Iraquí recientemente aprobada, y por último, la comisión subrayó que los cargos militares y los servicios de inteligencia han minimizado sistemáticamente la violencia en Irak para ajustarse a los objetivos políticos de la Administración Bush.
Pero el principal problema radica en que quienes han invadido Irak han desmantelado el Estado, especialmente el ejército y la policía. Fue ésta una de las primeras decisiones que Paul Bremer, Director de la Reconstrucción y Asistencia Humanitaria a Irak, tomó cuando decidió expulsar del aparato del estado a todos los militantes del partido Baaz (el de Sadam). El vacío ocasionado está siendo muy costoso por no tener una alternativa para sustituir a los miembros de las cuerpos de seguridad iraquíes y porque los ha colocado como adversarios frente al nuevo gobierno. Es por ello, entre otros motivos, por lo que EEUU tiene dificultades para abandonar el país invadido y lo deja inmerso en una guerra civil.
Es más, cuando algunos militares con experiencia les hacían ver sus deficiencias, los miembros del equipo de Bremer dejaban claro que "nosotros elaboramos la política y ellos deben llevarla a la práctica", "los jefes somos nosotros, no ellos". Esta es una de las razones que explica la desastrosa situación en la que se encuentra ese país y que el informe pretende solventar en un periodo de dos años aproximadamente. La presión de las elecciones les hará buscar una salida al problema o hundirse definitivamente.
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