ZONA DE TRANSGRESIÓN

Un espacio en el que opinar con total libertad, en ocasiones con cierta ironía, pero con respeto.

06 diciembre, 2006

EL ENEMIGO COMÚN


Continúan las reacciones a las dos noticias que ayer convulsionaron la vida política en las Islas Canarias: la detención de Don Sabino Oval por encontrarse implicado en un presunto delito de trata de blancas para ejercer la prostitución, y el auto del juez Don Baltasar Garzón en el que aparece el nombre de Don Miguel Zerolo, alcalde de Santa Cruz de Tenerife, presuntamente relacionado con el cobro de comisiones ilegales para su partido, Coalición Canaria.
Las dos noticias están siendo tratadas de diferente manera y, en cierta medida, en proporción al peso político del implicado, y por tanto al perjuicio que le pueda causar al partido. Respecto al Sr. Oval, Coalición Canaria decide suspenderlo de militancia, a pesar de que su alcalde haya declarado que "nos cuesta creer que esos cargos sean ciertos". Ayer añadía el Sr. Alcalde de San Miguel de Abona que no harían más declaraciones ni valoraciones hasta poder hablar con el compañero detenido, para que éste les pudiera dar las explicaciones oportunas. A pesar de todo, ACN informó que el secretario de organización de Coalición Canaria, Don José Miguel Barragán, comunicó ayer la decisión de suspender de militancia al Sr. Oval "hasta ver exactamente lo que decide el juez: si lo deja en libertad con o sin cargos o no lo deja". Añadió que Coalición Canaria tiene escasa información de este caso "y sólo sabemos que está imputado en un supuesto caso de trata de blancas, que ya es de por sí lo suficientemente grave".
Respecto al asunto en le que parece estar relacionado el Sr. Zerolo, la respuesta es bien diferente, y no sólo por la naturaleza del caso. La primera declaración, desafortunada y detestable, la realiza el Presidente de Coalición Canaria, diciendo que no quiere pensar que el Ministro de Justicia, y candidato en las próximas elecciones a presidir esta comunidad autónoma, Juan Fernando López Aguilar esté instrumentalizando a la Fiscalía en su favor. El portavoz de CC-NC en el Congreso de los Diputados insistió en la posible influencia de López Aguilar en las acciones de la Justicia: "No queremos pensar que el Ministro de Justicia, que es candidato a la presidencia de Canarias, utiliza la fiscalía para sus fines políticos". A su juicio, "hay cuestiones que hacen que dudemos del trabajo de la Fiscalía, que depende del Ministro de Justicia; dudamos que sea objetivo y riguroso y que esté desvinculado de la política". Sin embargo, cuando los periodistas le pidieron que precisara en qué sustenta las dudas que tiene respecto al trabajo de la Fiscalía, éste eludió contestar.
Por ello, el Sr. Rivero debe dimitir de sus cargos. No es admisible que la persona que ha presidio las más importante comisión de investigación de investigación en el Congreso de los Diputados, sobre los atentados del once de marzo, se descuelgue diciendo estas cosas, instando cuando le interesa que la Fiscalía y la Judicatura pueden estar manipulados por los intereses políticos. Es inadmisible, y no se si no quieren pensar o realmente no piensan.
Por su parte, el Partido Popular, que ha estado callado durante mucho tiempo después de todo lo que está teniendo que aguantar, aprovechó esta ocasión para sumarse, de alguna manera, a estas dudas que expresó el Sr. Rivero. Creo que las dos reacciones demuestran que se ha perdido la compostura política: en lugar de actuar con contundencia contra los cargos implicados y ponerse al servicio de la Justicia para aclarar si ellos y/o el partido están beneficiados por el cobro de comisiones ilegales a cambio de favores, se dedican a especular con un asunto tan delicado como es la independencia del Poder Judicial. Quienes tienen dudas al respecto, no creen en el funcionamiento del Estado de Derecho, no creen en el funcionamiento de la democracia; y ello es propio de malévolos especuladores que defienden oscuros intereses, de fascistas caracterizados por atentar contra las libertades y de individuos que se encuentran políticamente acorralados que no encuentran otra salida sino atacar al Estado de derecho.
La tercera reacción destacada al caso del Sr. Zerolo proviene de los propios medios de comunicación, y ahí encontramos de todo y muy divertido. Lo primero es el recurrente, irrisorio, penoso, aburrido, demagógico, manipulador argumento de asegurar que el hecho de que el Sr. Zerolo aparezca relacionado con estos asuntos aún por clarificar plenamente, es un ataque de Las Palmas contra Tenerife. Es lo único que han sabido decir siempre porque es lo único que le da votos a Coalición Canaria en Tenerife: hacer ver que el gran enemigo para el progreso y el bienestar de la ciudadanía de Tenerife son los políticos de Las Palmas, y por extensión sus habitantes. Pero esta corriente de opinión, recurrente para los momentos de crisis e insultante para los ciudadanos de a pie, nunca ha sido suficientemente desacreditada y rechazada por los dirigentes de Coalición Canaria. Así, en el editorial de El Día se dice lo siguiente para referirse a los políticos de Las palmas: “Nos parece bien que en su isla los vote todo el mundo, pero en la provincia tinerfeña que los electores se lo piensen muy bien porque esta gente está dispuesta a implantar una dictadura en Canarias, de un signo o de otro, pero con el objetivo indisimulado de conseguir la capitalidad para ellos”. Esta treta, tan vieja como rentable para quienes la usan, provoca auténticas arcadas a mucha gente de bien. Se decía que la mejor receta contra el nacionalismo recalcitrante era viajar, conocer a otras personas de otras regiones; para otros males no hay receta aún.
El editorial continúa dejando entrever cierto desconcierto por el momento en que sale a la luz pública en auto, otra duda recurrente porque quien se siente atacado siempre encuentra algo que decir al respecto, para asegurar lo siguiente: “Por tanto, queda en el aire ese interrogante, que el tiempo se encargará de dilucidar. Lo cierto es que lo que está pasando guarda cierta semejanza con un grave suceso ocurrido en unas recientes elecciones y que invirtió el resultado que la mayoría preveía”. ¿De qué hablan?, ¿de las elecciones generales celebradas el once de marzo de 2004?, ¿insinúan que hay cierta semejanza entre los hechos en los que parece estar relacionado el Sr. Zerolo y los atentados terroristas del once de marzo en Madrid?; es más, ¿se insinúa que fueron los atentados en sí mismos los que provocaron la derrota del PP en aquellas elecciones?.
Estos complejos y lo que se deriva de ellos no puede llevar a nada bueno. Como ejemplo valga la despedida del editorial: “La Muy Noble, Leal, Invicta y Muy Benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife -y muy bella, añadimos nosotros-, no merece ser gobernada por Las Palmas. De los chicharreros de verdad depende”. ¿Qué quieren que les diga?, hay males que no tienen remedio.
La otra vertiente que ha tomado las reacciones al auto del Sr. Garzón intenta apropiarse de la opinión pública; es decir, de los votos. El clamor de la calle refleja la indignación por la actuación de personas que acceden a cargos públicos de los que se valen para beneficio propio, de sus allegados o del partido. Ese es el clamor, el resto es manipulación, y no es contra un partido u otro, es contra la clase política y contra los títeres mediáticos que la encubren, ensalzan, sostiene, etc.
Efectivamente, señores columnistas, hay que tener en cuenta los hechos, hay que creerse que no se está manipulando a la Justicia, “seguramente es así, pero en estas cosas no basta que uno lo diga, sino que la gente se lo crea”. Esa es la clave, la gente de la calle no se cree que se esté manipulando a la Justicia, eso sólo lo creen los antidemócratas y fascistas, la gente cree que una buena mayoría de los políticos nacionales que tienen cargos en corporaciones locales y autonómicas son unos delincuentes. Eso es lo que la gente cree, no que la Justicia esté manipulada para atacar a este “pobre gente” que son los políticos.
Estamos de acuerdo en que no se debe hacer un juicio paralelo al que se hará en el ámbito judicial, pero sean consecuentes con el deseo, siempre, para todos los políticos implicados y para todos los asuntos. No es de recibo que recurran a la “opinión pública” para avalar sus tesis (sospechamos que la Justicia está manipulada porque la “opinión pública” lo cree así) y luego critiquen a la “opinión pública” si ésta se atreve a realizar “un juicio sumarísimo en barras de bar, oficinas, bautizos, comuniones, bodas o cenas de empresa. Nadie merece que le nieguen la presunción de inocencia en procesos callejeros de café con leche y bocadillo de lomo (procesos en los que no hay garantías ni reglas del juego). Nadie lo merece”. “¿Qué van a hacer, meter a los ciudadanos en la cárcel?”
Lo que queda claro es que éstos que se señalan no son los enemigos, los enemigos son los delincuentes, y contra ellos es contra quienes hay que ir, con independencia de en qué partido militen en este momento.
Pobre Sr. Oval, nadie se acuerda de él.