AGUAS OSCURAS Y MALOLIENTES
Que la guerra provocada en Irak es un desastre mayor que cualquier otra ya no lo niega ni el más vehemente de sus antiguos defensores. De lo poco que sabemos como opinión pública occidental, además de que cada día se produce “el mayor atentado desde la ocupación”, es que gran parte de la actividad militar y de seguridad allí, está desempeñada por empresas privadas. Una de ellas es “Blackwater”.
Esta empresa es una de las tres que han sido contratadas por el Departamento de Estado Norteamericano para actuar en Irak, y, recientemente, se ha visto implicada en graves incidentes puesto que sus mercenarios han asesinado a varias personas en un incidente que los gobiernos iraquí y estadounidense se han comprometido a investigar.
Ahora acaba de surgir la polémica puesto que la misma empresa parece que está siendo investigada por la Fiscalía de Carolina del Norte, acusada de desviar armas al mercado negro iraquí, extremo éste que niega la empresa.
Al parecer, esta investigación está relacionada con la denuncia del Gobierno de Turquía, el cual incautó a guerrilleros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) armas supuestamente pertenecientes a Blackwater.
Estados Unidos ha incluido al PKK en la lista de organizaciones terroristas, mientras que Blackwater, fundada en 1996, sigue presidida por su fundador, Erick Prince, un millonario conservador cristiano que colabora económicamente en las campañas políticas del Sr. Bush.
Después de los atentados del once de septiembre de 2001, la empresa ganó más 1.200 millones de dólares en contratos públicos adjudicados sin licitación por la Administración Norteamericana, y cuenta entre sus equipos de dirigentes con personas muy influyentes como J. Cofer Black (ex jefe de contraterrorismo de la CIA) y Joseph Smith (ex inspector general del Pentágono). Así mismo, uno de los integrantes de su equipo de abogados es Kenneth Starr, que fue el fiscal en el caso Whitewater sobre presuntas malversaciones inmobiliarias de Bill y Hillary Clinton.
Todo encaja a la perfección, y sólo hablamos de aguas negras, el día que surja información del oro negro…
Esta empresa es una de las tres que han sido contratadas por el Departamento de Estado Norteamericano para actuar en Irak, y, recientemente, se ha visto implicada en graves incidentes puesto que sus mercenarios han asesinado a varias personas en un incidente que los gobiernos iraquí y estadounidense se han comprometido a investigar.
Ahora acaba de surgir la polémica puesto que la misma empresa parece que está siendo investigada por la Fiscalía de Carolina del Norte, acusada de desviar armas al mercado negro iraquí, extremo éste que niega la empresa.
Al parecer, esta investigación está relacionada con la denuncia del Gobierno de Turquía, el cual incautó a guerrilleros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) armas supuestamente pertenecientes a Blackwater.
Estados Unidos ha incluido al PKK en la lista de organizaciones terroristas, mientras que Blackwater, fundada en 1996, sigue presidida por su fundador, Erick Prince, un millonario conservador cristiano que colabora económicamente en las campañas políticas del Sr. Bush.
Después de los atentados del once de septiembre de 2001, la empresa ganó más 1.200 millones de dólares en contratos públicos adjudicados sin licitación por la Administración Norteamericana, y cuenta entre sus equipos de dirigentes con personas muy influyentes como J. Cofer Black (ex jefe de contraterrorismo de la CIA) y Joseph Smith (ex inspector general del Pentágono). Así mismo, uno de los integrantes de su equipo de abogados es Kenneth Starr, que fue el fiscal en el caso Whitewater sobre presuntas malversaciones inmobiliarias de Bill y Hillary Clinton.
Todo encaja a la perfección, y sólo hablamos de aguas negras, el día que surja información del oro negro…
Etiquetas: Corrupción, Guerra, Irak
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