… Y DON PAULINO, CONTENTO.

Según nos ha contado el Sr. Presidente del Gobierno autónomo de Canarias, se encuentra contento con la gestión de su gobierno durante los cien primeros días de mandato. Sus razones tendrá.
De momento sabemos que está muy tenso con el Gobierno Central por motivo de la inmigración y, sobre todo, por los ochocientos menores inmigrantes no acompañados. Yo entiendo su preocupación y sus dificultades para ofrecer a estos chicos/as una vida mejor, con una educación y formación adecuadas; la situación le desborda porque tampoco sabe qué hacer para mejorar la educación y la formación de los/as jóvenes nacidos/as en Canarias.
Después de varias legislaturas en las que Coalición Canaria ha estado al frente del Ejecutivo Autónomo, no ha conseguido mejorar los elevados índices de fracaso escolar, que en Secundaria está situado en un 32,7 %, frente a Asturias, que lo tiene en un 14,6 %. La LOGSE, la televisión, las familias desestructuradas, y cientos de excusas más, son predicables de cualquier Comunidad; sin embargo, las hay que mejoran y las hay que no, o empeoran, como Valencia, que se sitúa a la cabeza del fracaso escolar, la única que nos “aventaja” en este ranking.
Mientras, la Señora Consejera de Educación blande en el Parlamento un ensayo relacionado con la Educación para la Ciudadanía, por considerarlo ofensivo con nuestras gentes y un modelo de lo que no se debe hacer. Es decir, otra reforma educativa que se va al traste porque nos fuerzan a que prestemos atención a las chorradas y a las ocurrencias, mientras lo importante de una buena reforma educativa sigue sin tratarse. Así nos va.
El Sr. Rivero está contento a pesar de que la ciudadanía continúa percibiendo un déficit importante en la sanidad pública: sigue habiendo problemas con las listas de espera y siguen cerrando centros de atención primaria, todo indica que por falta de personal, pero ello obliga a los pacientes a desplazarse a otros centros de salud, que se ven colapsados al tener que atender a un sector más amplio de población.
Como esto es un post, y no un informe, no voy a extenderme mucho más. Sólo añadir dos cosas. La primera se relaciona con otra de las afirmaciones del Sr. Rivero, referida a la oposición política en el Parlamento, y es que aún no la ha sentido. Y en eso sí creo que tiene razón, porque ahonda en lo ya dicho en un post anterior: la oposición seria, constructiva, preocupada también por el bienestar de la ciudadanía, desaparece pocos días después de las elecciones.
Y lo último. Quizá hoy no sea un día que contribuya a profundizar en esa satisfacción del Sr. Presidente: las encuestas publicadas sitúan a su formación como tercera fuerza política de Canarias. Sin embargo, la debacle es aún mayor en la isla de Gran Canaria, donde alcanzaría sólo el 1,7 % de los votos en las próximas elecciones generales de Marzo. En Tenerife obtendría el 21,3 % de los votos, por detrás del PSOE y del PP, que obtendrían el 37,5 % y el 25,7 %, respectivamente.
Parece que cada día son menos los/as canarios/as que siguen contentos/as con la gestión de Coalición Canaria al frente de nuestro Gobierno. El Sr. Rivero y la Sra. Luis Brito se encuentran entre ellos.

¿Y ESTAS BROMAS AHORA?

Resulta que llevamos años aguantando mecha en la política doméstica de este país en todo lo referente a la economía, con sus extensiones a Europa. Así, los críticos por naturaleza, los que, según quien gobierne, están siempre en el lado de los que señalan el problema y nunca apuntan la solución, éstos, llevan casi cuatro años descalificando las políticas del gobierno, alarmando a la población con el “derroche” de las políticas sociales, exigiendo que se introduzcan reformas en la economía (sin especificar más), criticando la decisión de regularizar a los inmigrantes que ya trabajaban en nuestro país, desprestigiándonos como país en todos los foros internacionales a los que asisten, sonriendo mientras se forran de dinero, junto a sus amiguitos, especulando en bolsa, etc., etc.
Además, son estos mismos los que siempre se han opuesto a que se ponga freno a la política del ladrillo en nuestro país, los que hacen oídos sordos a los informes europeos que nos incumben, los que exigen soluciones a las dificultades de la vivienda mientras sonríen cuando ven como engordan determinadas cuentas corrientes después de pelotazos inmobiliarios.
Pues bien, ahora resulta que la principal amenaza para el crecimiento económico previsto no viene de nuestro país, ni nuestras políticas económicas ni sociales, sino de una especie de imprudencia de la economía norteamericana, más concretamente, del sector financiero, al haber concedido créditos hipotecarios sin mucho control a individuos que no pueden pagar ('subprime'). ¿Es esto cierto? Y que todo este desaguisado tendrá sus efectos negativos en las economías nacionales del resto de países.
No puedo admitir que no exista control internacional sobre un tema tan determinante como éste, ni que a los críticos “por naturaleza” de nuestro país se les haya pasado por alto, ni que lo hayan pasado por alto. Es decir, que el Sr. Rajoy no está de acuerdo con que este Gobierno nos prometa en breve un chalet en el Caribe, ni que los niños de nuestro país tengan dentista gratis, por ejemplo, mientras que no hace comentario alguno respecto a que su modelo económico, “muy neocon” , provoque un desajuste negativo en toda la economía mundial.
Asimismo, parece incuestionable ya la crisis del sector inmobiliario en España. La primera “víctima” parece ser el “Grupo Llanera”, en situación de insolvencia al presentar una deuda de 748 millones de euros a 31 de diciembre de 2006. Detrás de ésta parecen desfilar otras inmobiliarias que ya están cerrando oficinas en todo el país por bajar considerablemente las compras de pisos. Además, y ahí es nada, la deuda acumulada del sector inmobiliario: familias, inmobiliarias y constructoras, asciende al billón de euros, lo equivalente al PIB de España.¿En qué cuentas bancarias están depositados los beneficios? ¿Quiénes se han quedado con las famosas subidas del Euribor? ¿Cuántos yates se han pagado con los precios de las hipotecas de familias honradas y trabajadoras?

LA CARRETERA

Como cada lunes, hoy se vuelve a hacer balance de las muertes por accidentes de tráfico. Este fin de semana se dejaron la vida en el asfalto treinta y dos personas en los veintiséis accidentes mortales, de las cuales ocho eran menores de edad y siete eran motoristas que murieron en sendos accidentes.
Durante años se ha insistido de forma genérica en algunas de las causas que provocan los accidentes: el alcohol, la velocidad, no ponerse el cinturón de seguridad, etc.; pero a renglón seguido se ha apuntado a otros motivos que eximen a los conductores de la responsabilidad de sus actos, como son el mal estado de las carreteras, las deficiencias en la señalización, la ineficacia del carnet por puntos, la lentitud administrativa a la hora de tramitar las multas, etc.
Las cifras son tales, que se hace necesario, y urgente, dar a conocer a la opinión pública un informe detallado de los veintiséis accidentes y de sus víctimas, las causas que lo provocaron, la responsabilidad de los muertos en el mismo, cuántos eran acompañantes, las edades, sus antecedentes relacionados con estos asuntos de tráfico, el estado en el que conducía el conductor/a (cansancio, alcohol, drogas, etc.), y, por supuesto, habrá que saber con detalle el estado de la carretera donde ocurrió la desgracia o si hubo algún déficit en la señalización.
Además de las campañas que habitualmente hace la Dirección General de Tráfico para concienciar a quienes conducimos, parece que nos estemos acostumbrando a las cifras como algo inevitable, cuando no lo es. Además, el drama de la muerte de una persona que conduce con imprudencia, o es acompañante de un/a imprudente, se puede ver aún acrecentado cuando alguien deja su vida en la carretera porque un/a imprudente se la quitó.
Y en estos casos tampoco vale de nada la pelea política, no soluciona ni un solo problema de tráfico debatir sobre si el Gobierno acierta o no con el carnet por puntos, porque estamos hablando de vidas que se pierden, o las hacen perder, y se vienen perdiendo durante muchos lustros.
A pesar de este déficit en la opinión pública respecto a las causas exactas de cada accidente de tráfico con víctimas mortales, sí parece clara la responsabilidad de los/as conductores/as, en líneas generales. Y es que las muertes se producen en su gran mayoría durante los fines de semana, cuando menos tráfico hay en las carreteras, por tanto el posible mal estado de las carreteras y la mala señalización pierden importancia, y se producen a unas horas determinadas y las provocan gentes con unas costumbres vitales concretas.