EL ALUMNADO NO ES SU PRIORIDAD
La Señora, Consejera de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, se ha llenado de gloria pagando como publicidad, con los impuestos de todos/as, incluidas las 25.000 personas que trabajan como docentes en esta Comunidad, una carta en la contraportada de todos los diarios locales con la que pretende poner a las familias de nuestro alumnado en contra del profesorado.
La carta, que ya ha sido valorada por la mayoría de los sindicatos y grupos políticos en términos semejantes, provoca dos reacciones inmediatas. En primer lugar, irritación porque esta Señora gaste el dinero público, el dinero que le cobra en impuestos a los docentes y a todas las familias, en exponer sus puntos de vista. Me da igual si estamos en precampaña electoral o no, es indigno que lo haga como lo ha hecho.
Lo que tiene que hacer es convocar a las asociaciones de madres y padres y explicarles cuales son las medidas tomadas, y las que piensa tomar, para hacer efectiva las frases huecas de contenido que figuran en el primer párrafo de su carta: su deseo de mejorar la educación, la importancia social de la educación, la corresponsabilidad por dignificar el sistema público, la implicación en los análisis, etc. Si es eso lo que pretende, la carta debió terminar ahí, pero como continúa, está claro que no son esos los objetivos.
Y ésta es la segunda reacción que provoca, irritación por pretender volver a colocar a todos los padres y madres de alumnos/as, y a la sociedad en general, en contra del profesorado. El hecho es un paso atrás considerable, y echa por la borda muchos años de esfuerzo y de concienciación social para que se colabore en la tarea de educar a los jóvenes no universitarios. En este sentido, le propongo a la Consejera que se ponga nuestro sueldo, ella, sus Directores Generales y asesores/as, y después que se presente en un aula de Secundaria como la nueva profesora de Geografía; al salir debe hacer la compra, pagar sus compromisos adquiridos y, por último, sentarse a valorar el sueldo de los docentes.
Es inaceptable que con los impuestos haga publicidad en contra mientras los responsables de la Consejería llevan lustros viajando por toda Europa, con cargo al presupuesto, sin aportar una sola solución a los problemas estructurales de la educación. Es más, responsabilizando a los padres y madres del fracaso escolar de sus hijos, y ahora los pretende utilizar en contra del profesorado.
Por último, antes de exigir contrapartidas, debe exponer el balance de su gestión. De ejemplo. Cuántas legislaturas llevan gestionando la educación canaria y cuáles son los resultados que ofrecen, dejando al margen el desatinado empeoramiento de las condiciones de trabajo del profesorado. Y no ya porque la labor docente se hace cada día más difícil, sino también por las condiciones en las que se obliga al profesorado a trabajar: compartiendo centros, turnos, juntando grupos hasta el máximo legal, eliminando las horas de prácticas, dejando a los centros sin autonomía, etc., etc.
Sea sincera, el alumnado de las Islas no es su prioridad. Dimita.
La carta, que ya ha sido valorada por la mayoría de los sindicatos y grupos políticos en términos semejantes, provoca dos reacciones inmediatas. En primer lugar, irritación porque esta Señora gaste el dinero público, el dinero que le cobra en impuestos a los docentes y a todas las familias, en exponer sus puntos de vista. Me da igual si estamos en precampaña electoral o no, es indigno que lo haga como lo ha hecho.
Lo que tiene que hacer es convocar a las asociaciones de madres y padres y explicarles cuales son las medidas tomadas, y las que piensa tomar, para hacer efectiva las frases huecas de contenido que figuran en el primer párrafo de su carta: su deseo de mejorar la educación, la importancia social de la educación, la corresponsabilidad por dignificar el sistema público, la implicación en los análisis, etc. Si es eso lo que pretende, la carta debió terminar ahí, pero como continúa, está claro que no son esos los objetivos.
Y ésta es la segunda reacción que provoca, irritación por pretender volver a colocar a todos los padres y madres de alumnos/as, y a la sociedad en general, en contra del profesorado. El hecho es un paso atrás considerable, y echa por la borda muchos años de esfuerzo y de concienciación social para que se colabore en la tarea de educar a los jóvenes no universitarios. En este sentido, le propongo a la Consejera que se ponga nuestro sueldo, ella, sus Directores Generales y asesores/as, y después que se presente en un aula de Secundaria como la nueva profesora de Geografía; al salir debe hacer la compra, pagar sus compromisos adquiridos y, por último, sentarse a valorar el sueldo de los docentes.
Es inaceptable que con los impuestos haga publicidad en contra mientras los responsables de la Consejería llevan lustros viajando por toda Europa, con cargo al presupuesto, sin aportar una sola solución a los problemas estructurales de la educación. Es más, responsabilizando a los padres y madres del fracaso escolar de sus hijos, y ahora los pretende utilizar en contra del profesorado.
Por último, antes de exigir contrapartidas, debe exponer el balance de su gestión. De ejemplo. Cuántas legislaturas llevan gestionando la educación canaria y cuáles son los resultados que ofrecen, dejando al margen el desatinado empeoramiento de las condiciones de trabajo del profesorado. Y no ya porque la labor docente se hace cada día más difícil, sino también por las condiciones en las que se obliga al profesorado a trabajar: compartiendo centros, turnos, juntando grupos hasta el máximo legal, eliminando las horas de prácticas, dejando a los centros sin autonomía, etc., etc.
Sea sincera, el alumnado de las Islas no es su prioridad. Dimita.
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