EL PP BUSCA “INTELECTUALES”
No es sólo que la cúpula del PP esté falta de personas con cierta intelectualidad, que también. Es que la sentencia dictada por el tribunal que juzgó los atentados del 11 M no ha conseguido cerrar el falso debate de la “autoría intelectual” de los hechos, más bien al contrario, ha recrudecido los ataques dialécticos entre el PSOE y el PP, y ha relanzado la teoría de los conspiradores.
A pesar de que las declaraciones de los días previos a la lectura de la sentencia indicaban que el PP cerraría, por fin, ese debate y acataría sin más la sentencia, su líder, El Sr. Rajoy, ha vuelto a relanzar la estrategia de la conspiración al ver que uno de los principales acusados por La Fiscalía como “autor intelectual” ha quedado absuelto (El Egipcio).
Como ejemplo de esas declaraciones previas, que parecían indicar que el PP por fin reculaba, podemos tomar la hecha por el líder de la oposición el dieciséis de abril del 2007, cuando afirmó: “La teoría de la conspiración me trae sin cuidado. (…) En el tema del 11-M lo único que tengo que decir es que los tribunales resuelvan lo que tengan que resolver, y yo lo respetaré y lo acataré. Lo de la teoría de la conspiración, que se lo pregunten a otros”.
En esos momentos, con las teorías conspiracionistas en vía muerta, el PP parecía obligado a abandonar el eje central de su acción política durante los tres últimos años. Sin embargo, las declaraciones del Sr. Rajoy nada más leerse la sentencia por el Juez Gómez Bermúdez, en las que afirmó que él, y su partido, apoyarían cualquier otra investigación que condujera a encontrar a los “autores intelectuales” de los atentados, entre otras cosas, vuelve a colocar al líder del PP al frente de los conspiradores, y muy alejado del famoso centro democrático en el que no se ha instalado jamás.
A los conspiradores no les interesa mencionar a los suicidas del piso de Carabanchel, a quienes se les señala también como “autores intelectuales” de los atentados de Madrid, ni tampoco les apetece hablar de los fugados y suicidados en atentados cometidos en Irak.
Los conspiradores no se han preocupado jamás por conocer a los “autores intelectuales” de otros crímenes, ni de otros atentados; cuando La Justicia condenó a los autores materiales se cerró el caso. Este hecho conspirador demuestra que los muertos y sus familias, las víctimas, importan muy poco: lo que realmente importa es la estrategia para intentar ganar las elecciones próximas, poniendo en práctica así el más refinado estilo del Príncipe de Maquiavelo, para el PP el fin justifica los medios.
Por eso, y supongo que no por desconocimiento, a los conspiradores no les apetece decir que la estructura del terror montada por Al Qaeda no necesita auténticos “líderes intelectuales” cerca de cada atentado que cometen, al estilo de los tradicionales grupos terroristas. Cualquier experto en este tipo de terrorismo asegura con rotundidad que las cédulas yihadistas actúan con autonomía, sin vinculación con los superiores, sólo siguiendo instrucciones generales.
Además de continuar usando el terrorismo con fines políticos, bien sea el proveniente del islamismo radical o del nacionalismo radical vasco, el PP ha vuelto a abanderar la estrategia de los conspiradores por obligación: los medios de comunicación afines a la derecha más extrema, que siempre han amparado a los conspiradores, no le han permitido al líder del PP salir de ese laberinto. El futuro político del Sr. Rajoy también se tambalea.
Relajémonos.
A pesar de que las declaraciones de los días previos a la lectura de la sentencia indicaban que el PP cerraría, por fin, ese debate y acataría sin más la sentencia, su líder, El Sr. Rajoy, ha vuelto a relanzar la estrategia de la conspiración al ver que uno de los principales acusados por La Fiscalía como “autor intelectual” ha quedado absuelto (El Egipcio).
Como ejemplo de esas declaraciones previas, que parecían indicar que el PP por fin reculaba, podemos tomar la hecha por el líder de la oposición el dieciséis de abril del 2007, cuando afirmó: “La teoría de la conspiración me trae sin cuidado. (…) En el tema del 11-M lo único que tengo que decir es que los tribunales resuelvan lo que tengan que resolver, y yo lo respetaré y lo acataré. Lo de la teoría de la conspiración, que se lo pregunten a otros”.
En esos momentos, con las teorías conspiracionistas en vía muerta, el PP parecía obligado a abandonar el eje central de su acción política durante los tres últimos años. Sin embargo, las declaraciones del Sr. Rajoy nada más leerse la sentencia por el Juez Gómez Bermúdez, en las que afirmó que él, y su partido, apoyarían cualquier otra investigación que condujera a encontrar a los “autores intelectuales” de los atentados, entre otras cosas, vuelve a colocar al líder del PP al frente de los conspiradores, y muy alejado del famoso centro democrático en el que no se ha instalado jamás.
A los conspiradores no les interesa mencionar a los suicidas del piso de Carabanchel, a quienes se les señala también como “autores intelectuales” de los atentados de Madrid, ni tampoco les apetece hablar de los fugados y suicidados en atentados cometidos en Irak.
Los conspiradores no se han preocupado jamás por conocer a los “autores intelectuales” de otros crímenes, ni de otros atentados; cuando La Justicia condenó a los autores materiales se cerró el caso. Este hecho conspirador demuestra que los muertos y sus familias, las víctimas, importan muy poco: lo que realmente importa es la estrategia para intentar ganar las elecciones próximas, poniendo en práctica así el más refinado estilo del Príncipe de Maquiavelo, para el PP el fin justifica los medios.
Por eso, y supongo que no por desconocimiento, a los conspiradores no les apetece decir que la estructura del terror montada por Al Qaeda no necesita auténticos “líderes intelectuales” cerca de cada atentado que cometen, al estilo de los tradicionales grupos terroristas. Cualquier experto en este tipo de terrorismo asegura con rotundidad que las cédulas yihadistas actúan con autonomía, sin vinculación con los superiores, sólo siguiendo instrucciones generales.
Además de continuar usando el terrorismo con fines políticos, bien sea el proveniente del islamismo radical o del nacionalismo radical vasco, el PP ha vuelto a abanderar la estrategia de los conspiradores por obligación: los medios de comunicación afines a la derecha más extrema, que siempre han amparado a los conspiradores, no le han permitido al líder del PP salir de ese laberinto. El futuro político del Sr. Rajoy también se tambalea.
Relajémonos.
Etiquetas: Partido Popular, Política, Prensa
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