ZONA DE TRANSGRESIÓN

Un espacio en el que opinar con total libertad, en ocasiones con cierta ironía, pero con respeto.

12 diciembre, 2006

EL LAICISMO TEMIDO


Los sectores más conservadores de la sociedad vienen quejándose en los últimos meses del auge, avance, resurgimiento del laicismo en nuestra sociedad. De hecho, en el documento titulado “Orientaciones morales ante la situación actual de España”, que la Conferencia Episcopal Española publicó el veintitrés de noviembre pasado, se le dedica uno de los tres capítulos al tema del laicismo, en concreto, el que se titula “Una nueva situación: fuerte oleada de laicismo”.
La polémica se ha visto reforzada con los proyectos educativos del actual Gobierno al introducir en los planes de estudio la asignatura “Educación para la ciudadanía”. Por ello, los sectores que mencionábamos creen que esa asignatura se puede convertir en el arma perfecta para que se adoctrine al alumnado desde las aulas según los axiomas que este Gobierno querría. Quienes argumentan así sólo pueden estar guiados por tres suposiciones: creen que es fácil adoctrinar sólo desde un aula dedicándole dos horas a la semana durante tres cursos, y eso no es así aunque se quiera, si fuera tan fácil como suponen le dedicaríamos dos horas semanales durante varios cursos y resolveríamos muchos problemas, de conducta por ejemplo, que todos creemos que hay que resolver; en segundo lugar, parecen dar a entender que en sus ámbitos de competencia están intentando algo semejante a lo que critican, …por lo del ladrón y su condición; y, en tercer lugar, insinúan que el currículo de la asignatura es anticonstitucional, porque el artículo 16.1 de la Carta Magna garantiza “la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley”; y el 27.3 deja claro que “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.
A todo ello ha contribuido también el Partido Socialista Obrero Español publicando, con motivo del día de la Constitución, el documento “Constitución, laicidad y educación para la ciudadanía”. En él se ensalza la idea de laicidad por todos los beneficios sociales que, desde su óptica, ha aportado a la sociedad actual.
En el artículo “Laicismo: cinco tesis”, publicado por el filósofo Fernando Savater en el periódico El País el pasado mes de abril de dos mil cuatro, ya se adelantaba que “El debate sobre la relación entre el laicismo y la sociedad democrática actual (en España y en Europa) viene ya siendo vivo en los últimos tiempos y probablemente cobrará nuevo vigor en los que se avecinan: dentro de nuestro país, por las decisiones políticas en varios campos de litigio que previsiblemente adoptará el próximo Gobierno; y en toda Europa, a causa de los acuerdos que exige la futura Constitución europea y por la amenaza de un terrorismo vinculado ideológicamente a determinada confesión religiosa”. De modo que la polémica no es nueva ni tiene visos de zanjarse a corto plazo.
En cualquier caso, para poder avanzar, debemos dejar claro que la Real Academia Española de la Lengua define laicismo como la “doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente del Estado, respecto de cualquier organización o confesión religiosa”.
Es de suponer que no se está discutiendo la independencia del Estado sobre cualquier organización o confesión religiosa, porque es éste uno de los aspectos que estos sectores más conservadores de la sociedad le critican a esos estados teocráticos en los que no hay una independencia clara entre éstos y su confesión religiosa. De modo que el temor al laicismo se centra en la independencia del hombre y, por consiguiente, de la sociedad respecto de cualquier confesión religiosa, y en este caso, respecto del cristianismo.
Así que el análisis debe centrarse en averiguar por qué esta sociedad es cada vez más laica, si lo es. Podríamos decir que sí lo es, “por la gracia de Dios”, pero no creo ese haya sido nunca un argumento a tener en cuenta, más bien todo lo contrario, desacredita a quien lo ha usado. Por otro lado, hemos visto que adoctrinar sólo desde el aula es imposible, de hecho, si fuera posible, la sociedad española sería tan poco laica como lo era hace treinta años. De modo que, a mi entender, esta sociedad es más laica por, entre otras muchas, las siguientes cuestiones:
1ª.- Por los propios efectos que la cúpula de poder que dirige a la Iglesia española ha causado sobre la sociedad. Viendo lo que se ha visto en la reciente Historia de España, cuando el dictador entraba en determinados actos bajo palio, un/a demócrata debería sentirse obligado a mostrarse independiente de esa confesión religiosa.
2ª.- Porque estos hechos, lejos de ser aislados, se han mantenido en cierta manera en otros contextos, como es el caso del anterior Papa en su visita al Chile del dictador fallecido.
3ª.- Porque mantiene posturas frente a determinados asuntos graves para la Humanidad que son del todo indefendibles, por ejemplo, la postura irracional de prohibir el uso del preservativo para evitar contagios de enfermedades de transmisión sexual, aún en contra de las recomendaciones de la OMS.
4ª.- Porque todas sus grandes reticencias históricas se han visto infundadas, y por ellas, por mantenerlas, los antecesores de estos dirigentes religiosos quemaron vivos a demasiada gente inocente.
5ª.- Porque sigue manteniendo, tozudamente, una postura contraria al avance de la ciencia, en concreto, su negativa a que, bajo estrictos controles, se le salve la vida a muchas personas investigando con células madre.
6ª.- Porque mantienen un discurso ambiguamente calculado en demasiados temas, como por ejemplo, en los asuntos en los que la fe cristiana y la ciencia entran en contradicción (Diseño Inteligente versus Evolución), o en el respeto al Estado de Derecho y al juego democrático, que por momentos parecen respetar y en otros parecen invitar a no respetarlo, o en los argumentos que dan los dirigentes de la Iglesia cuando se les pregunta cómo es posible que permitan que desde los medios de comunicación españoles que ellos controlan se siga manteniendo ese discurso tan contrario a su credo.
7ª.- Porque cuando algunos de sus miembros muestran comportamientos escandalosos y rechazables desde cualquier ángulo que se mire, nunca se actúa con claridad y contundencia: el ejemplo más claro es cómo se responde ante los casos de pederastia, desde Boston a Madrid.
8ª.- Porque no es sostenible, desde una óptica científica y razonable, “colocar a Dios” como respuesta a cada uno de los interrogantes que la Humanidad aún no puede contestar, tal y como se pretende. Si se hubiese hecho eso, el conocimiento científico, con todo el bienestar que ha generado a la humanidad, estaría aún en la caverna de Platón.
9ª.- Porque se empeñan en no cumplir las sentencias de los tribunales, actitud poco acorde con su predicado, por ejemplo, cuando se empeñan en seguir despidiendo al profesorado de religión, en algunos casos por quinta vez consecutiva.
10ª.- Porque sectores cada vez más amplios de la sociedad ven como los “creyentes” incurren en profundas contradicciones: se casan por la iglesia por la puesta en escena sin ser consecuentes, asisten a cursos antes del matrimonio o antes de la confirmación que no tienen continuidad alguna en sus vidas, las clases de religión son numerosas sólo hasta que los hijos hacen la primera comunión, etc., etc.
Por esto y por muchas más cosas, la sociedad es cada vez más laica, y no creo que se les ocurra criminalizar por ello a la sociedad. De ello no es responsable ningún Gobierno. El laicismo es un proceso nada fácil de llevar, porque la inercia en la mayoría de la gente ha sido, y es, mantener las creencias, ésa ha sido una constante en la Historia de todos los pueblos. Lo duro, lo complicado, lo arduo es superar las contradicciones, buscar las respuestas, formarse opiniones bien fundadas, ser coherente.
Así que, alguna vez, ese sector de la sociedad que se muestra tan preocupado por el laicismo, y los dirigentes de la Iglesia, también debería de esforzarse por hacer un poco de autocrítica y ponerse en sintonía con la sociedad en la que viven.