LOS OTROS PERJUDICADOS POR LA BOMBA
Los dirigentes del Partido nacionalista Vasco han insistido hoy en la misma tesis que apunté el mismo día del atentado después de haberme quedado atónito ante el infantilismo que los de la izquierda abertzale dejaron patente en su rueda de prensa, ésta es: cómo es posible que después de estar oyéndoles decir (a los de la izquierda abertzale), durante cientos de veces en los últimos meses, que el proceso está en muy mala situación, vengan a decir ahora, después de la bomba, que el proceso no está roto y que es más necesario que nunca. ¿Qué país es éste? ¿Estamos locos o qué?, concluyeron.
Todo parece indicar que la banda terrorista ha dejado a “las caras de batasuna” fuera de juego, porque ya no sólo es que sean ilegales por seguir sin condenar el uso de la violencia para conseguir fines políticos, sino que además no pintan nada en toda esta situación, no son interlocutores de nada. Por eso decía el portavoz parlamentario del PSOE que se van a quedar en la marginalidad política. Éstos son los auténticos prisioneros de la banda terrorista, y no los representantes del Gobierno y/o de los partidos democráticos, como han manifestado los conservadores. Parece que los “abertzales” también se han convertido en víctimas de la propia banda terrorista, al haberles cerrado todas las puertas para poder presentarse a las próximas elecciones de mayo, salvo que pasen por “el aro” de la Ley de Partidos.
Los otros perjudicados son los presos de la banda terrorista, para quienes el proceso les tenía reservado ciertas medidas de gracia si el mismo hubiera avanzado más allá de la fase inicial, más allá de la fase exploratoria. De modo que ahí se espera en breve otra fuente de presión sobre este conflicto, pero, de momento, la banda terrorista también hizo estallar las esperanzas de los presos y de sus familias.
Los medios de comunicación informan hoy que uno de los interlocutores de la banda con el Gobierno ha sido Josu Ternera, pero que el mismo ha perdido la confianza de la organización terrorista a partir de agosto, una vez que ellos no han estado satisfechos con los avances que Ternera conseguía en sus encuentros con los negociadores gubernamentales. Por ello, los expertos en la lucha contra el terrorismo están expectantes ante los movimientos que se puedan dar en ese sector.
Quienes recuerden la entrevista que el periodista Iñaki Gabilondo hizo al Presidente del partido Popular, sabrán que la primera pregunta que le hizo fue ¿quién manda en su partido? El presidente de los populares, algo descolocado, dijo que él, sin duda. A pesar de su afirmación algo balbuceante, el interrogante de quién manda en el PP sigue abierto, puesto que su presidente se muestra sereno y con sentido de Estado cuando está solo, pero mucho más enérgico y exigente después de reunirse con los directivos del partido. Así, podemos decir que hay cierto paralelismo en la pérdida de confianza con el antes mencionado y la situación en la que se encuentra el Presidente del PP, con pérdida de confianza. Por eso se mostró ciertamente mesurado en su comparecencia ante los medios el día del atentado terrorista, mientras hoy ha vuelto a su nivel de exigencia ya habitual, el que ha mantenido cada miércoles en las cesiones de control parlamentario al Gobierno, donde ha pedido cada día explicaciones públicas al Presidente sobre asuntos de la lucha antiterrorista.
En cualquier caso, el cinismo de los conservadores con el asunto del terrorismo es tal, que raya la indecencia personal y política. La última muestra la tenemos en la intervención de anoche del portavoz parlamentario del grupo popular en el programa de TVE1 “59 segundos”. El director del periódico El Mundo, asiduo contertuliano en el mismo, le hizo dos preguntas claras: si dada la nueva situación, después del atentado y de los deseos del Ministro del Interior de convocar a todos los partidos del arco parlamentario para acordar una estrategia común ante el terrorismo, ellos dejarían de utilizar el tema del terrorismo como arma de desgaste del Gobierno y, también le preguntó, si dejarían de manifestarse en las calles contra la política antiterrorista del Gobierno.
El portavoz parlamentario respondió negando la mayor para las dos cuestiones; es decir, no han utilizado el tema del terrorismo como forma de desgaste del Gobierno, sino que han cumplido con su deber de denunciar aquello que, en su opinión, se hacía mal en la lucha contra el terrorismo; y no es que estuvieran en las calles manifestándose en contra de esa política, sino que se sumaban a las convocatorias de las víctimas del terrorismo.
Sólo dos consideraciones al respecto y como colofón. La primera es que sólo bastó ver la cara de pócker que el portavoz mantuvo en toda la presencia en el programa, el tono en el que se explicó, y la comprobación de que sólo podía responder a todas las preguntas con las mismas frases, una y otra vez. La segunda, que cuando toda la población ha comprobado como los conservadores han utilizado la política antiterrorista como lucha partidista, en contra de lo que dice el famoso pacto antiterrorista, que el portavoz “niegue la mayor” es un insulto. Han hecho oposición con la política antiterrorista, con lo que el Gobierno ha hecho y con lo que no ha hecho; es más, han hecho más uso partidista, de la política antiterrorista, con lo que el gobierno no ha hecho: rendición, entrega del Estado de Derecho, autodeterminación, Navarra, negociación política, etc., etc.
No hay nada más que añadir.
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