ZONA DE TRANSGRESIÓN

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20 marzo, 2007

LA DERIVA POLACA

El Gobierno polaco parece estar preparando dos leyes que generan cierta preocupación internacional: una indagará para saber quienes colaboraron con la policía comunista y la otra perseguirá a quien propugne o hable sobre homosexualidad en cualquier ámbito académico.
Por la primera se verán afectados unos setecientos mil profesionales liberales pertenecientes a unos cien colectivos, entre los que destacan periodistas, profesores y rectores de universidad, directores de las escuelas, tanto públicas como privadas, diplomáticos, abogados y notarios nacidos antes de 1972, que tendrán que confesar si colaboraron con el anterior régimen. Esta nueva ley aparece cuando aún están presentes las consecuencias de la anterior ley que afectaba solamente a diputados, senadores, ministros y magistrados, unas 30.000 personas en total.
La segunda ley está siendo redactada por el ministro de Educación, que también es viceprimer ministro y dirigente de la Liga de las Familias Polacas y, aunque todavía no se conoce con detalle su contenido, sí parece claro que pretende impedir que se hable de la homosexualidad en las escuelas y demás instituciones académicas, así como "castigar a cualquiera que promueva la homosexualidad u otra desviación de naturaleza sexual en los centros educativos".
Todos los que incumplan con ambas leyes están amenazados con ser despedidos de su trabajo, lo que ha provocado todo tipo de manifestaciones en contra, desde las asociaciones de periodistas, en el caso de la primera, y de las asociaciones de derechos humanos y la propia Unión Europea, en lo que a la segunda se refiere.
El Gobierno polaco está sustentado por tres grupos, el ya mencionado de “La Liga de las Familias”, los otros dos son “Ley y Justicia”, dirigida por los hermanos gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski, Presidente y Primer Ministro de Polonia, respectivamente, y “Autodefensa”, de origen agrario.
A pesar de estar muy claro que se trata de un Gobierno bastante conservador, parece evidente también que no están realizando una transición adecuada, por el revisionismo profundo que están haciendo, ni que sea una política respetuosa con los derechos humanos más elementales.
Es en estos momentos cuando se evidencia la necesidad de una constitución europea que impida la deriva de gobiernos como el polaco que, en estos aspectos, se muestra fuera de los tiempos que vive la ciudadanía europea.