OTRO MOMENTO DE APOTEOSIS
Don Manuel Herreros, Hermano Mayor de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores, de Córdoba, ha comunicado que no se permite la participación de dos mujeres como costaleras en la procesión de Semana Santa. Las excusas que alega se refieren al poco espacio que hay debajo de las faldas del paso y que "Hay posturas con un acercamiento físico muy próximo que, si se vieran fuera, podrían decir que son posturas soeces".
El Señor Obispo de Córdoba comparte la decisión adoptada por la junta directiva de la Hermandad y estima que no es conveniente que hombres y mujeres compartan ese espacio bajos los pasos, por “las situaciones incómodas” que se puedan dar.
No se si la Ley de igualdad regula este extremo, pero es un buen botón de muestra de lo necesario que se hace en este país ir desmontando y desacreditando posturas que, más allá de la anécdota, entorpecen el mejor desarrollo de la sociedad y retrasan conseguir mejores cuotas de bienestar, porque desaprovechan gran parte de todas las energías que las mujeres pueden aportar.
En cualquier caso, y refiriéndome sólo al asunto de la Hermandad, creo que son necesarias tres consideraciones:
1º.- Los mencionados y quienes comparten la decisión de no permitir la participación de las dos mujeres tienen un serio problema con la cuestión de la sexualidad, quizá por desconocimiento, porque parece mentira pensar que en una situación como esa, en plena procesión de Semana Santa, se esté pensando en cuestiones sexuales, más aún teniendo en cuenta todas las oportunidades que hoy tienen las personas para relacionarse, aunque cada cual puede encontrar el morbo en el sitio más insospechado.
2º.- Parece que sobra decir que el Hermano Mayor ha descartado, por completo, que entre los hombres haya algún homosexual, porque entonces sí que la excusa expuesta se caería por completo.
3º.- El Hermano Mayor parece descartar que en todos los ensayos, y durante la procesión, impere el sentimiento religioso. Desconozco si este déficit de sentimiento religioso, incluso en momentos como ese, que hace que surjan “situaciones incómodas”, es más acentuado en los hombres o en las mujeres. Bueno… ya puestos, se lo achacamos también a ellas, que van a provocar “situaciones incómodas” porque no siente el hecho religioso con la profundidad que lo hacen los hombres.
“Estoy que no salgo de mi apoteosis”. Norma Duval (Vedette)
El Señor Obispo de Córdoba comparte la decisión adoptada por la junta directiva de la Hermandad y estima que no es conveniente que hombres y mujeres compartan ese espacio bajos los pasos, por “las situaciones incómodas” que se puedan dar.
No se si la Ley de igualdad regula este extremo, pero es un buen botón de muestra de lo necesario que se hace en este país ir desmontando y desacreditando posturas que, más allá de la anécdota, entorpecen el mejor desarrollo de la sociedad y retrasan conseguir mejores cuotas de bienestar, porque desaprovechan gran parte de todas las energías que las mujeres pueden aportar.
En cualquier caso, y refiriéndome sólo al asunto de la Hermandad, creo que son necesarias tres consideraciones:
1º.- Los mencionados y quienes comparten la decisión de no permitir la participación de las dos mujeres tienen un serio problema con la cuestión de la sexualidad, quizá por desconocimiento, porque parece mentira pensar que en una situación como esa, en plena procesión de Semana Santa, se esté pensando en cuestiones sexuales, más aún teniendo en cuenta todas las oportunidades que hoy tienen las personas para relacionarse, aunque cada cual puede encontrar el morbo en el sitio más insospechado.
2º.- Parece que sobra decir que el Hermano Mayor ha descartado, por completo, que entre los hombres haya algún homosexual, porque entonces sí que la excusa expuesta se caería por completo.
3º.- El Hermano Mayor parece descartar que en todos los ensayos, y durante la procesión, impere el sentimiento religioso. Desconozco si este déficit de sentimiento religioso, incluso en momentos como ese, que hace que surjan “situaciones incómodas”, es más acentuado en los hombres o en las mujeres. Bueno… ya puestos, se lo achacamos también a ellas, que van a provocar “situaciones incómodas” porque no siente el hecho religioso con la profundidad que lo hacen los hombres.
“Estoy que no salgo de mi apoteosis”. Norma Duval (Vedette)
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