ZONA DE TRANSGRESIÓN

Un espacio en el que opinar con total libertad, en ocasiones con cierta ironía, pero con respeto.

22 octubre, 2006

ES EL MODELO, ESTÚPIDO


En las elecciones del noventa y dos, el director de campaña de Clinton, James Carville, ingenió una frase mágica que le dio las elecciones ante George Bush padre: "Es la economía, estúpido". El mensaje fue escrito en el cuartel general del candidato para que no se le olvidara a nadie y desde entonces se ha convertido en un latiguillo. Menospreciarla sólo conduce a la inoperancia y a la frustración.
Pues bien, se ha celebrado el congreso de CC en Gran Canaria del que ha salido elegido presidente el actual Consejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Canarias, con polémica incluida. En dicho congreso, el Director General del libro intentó presentar una lista alternativa a la que resultó elegida, pero por diversos contratiempos no llegó a presentarse (al parecer porque unos cuarenta y un afiliados que la apoyaban no habían pagado las cuotas), con lo que, después de algunas tensiones, terminaron por abandonar el congreso; cosa que no agradó al elegido, quien declaró que "hay alguno que está teledirigido, que se dedica poco a los libros y mucho a la conspiración política", en clara alusión al Director General.
Al concluir dicho congreso, el flamante presidente nos muestra dos perlas de muchísimos quilates: la primera, cuando señala que hay que acometer un reequilibrio, tanto en los cargos públicos como en las candidaturas, porque "todo está en Tenerife"; la segunda, que habrá que buscar equipos y no líderes en la configuración de las candidaturas para poder fortalecer el proyecto de CC.
Escuchar estas dos lindezas es terrible, porque si algo ha sido una constante en todos los gobiernos de CC es el más absoluto desprecio por los equipos y el aumento continuo del protagonismo de los “políticos” de Tenerife en los asuntos generales del archipiélago. Y todo ello por el modelo de organización de CC; es decir, estos dos hechos desastrosos para los intereses de la mayoría son la consecuencia de un modelo que prima los votos obtenidos en un territorio frente a la capacidad de las personas y de los equipos, lo que ha desviado todo el poder a Tenerife por ser ellos quienes más votan a CC.
Observen cómo en todos los gobiernos de CC, sistemáticamente, se ha nombrado Viceconsejeros y Directores Generales mucho antes que Consejeros, con lo cual es imposible configurar un equipo de trabajo con garantías; y cuando se nombra un cargo, se hace respondiendo a la idea de que representa a los votos de un territorio, y no por su valía, ni su proyecto, ni la capacidad para liderar un equipo. Para que ahora nos vengan con éstas. Y el resultado es penoso, cada cual ha ido por donde le ha apetecido, el Viceconsejero se compromete y el Director General no lo tiene en cuenta, la Directora General se despidió de todos al finalizar la anterior legislatura y la volvieron a nombrar porque tenía que haber una representante de ese territorio en este mandato y no había una mejor, la Directora General que sí valía se quedó sin cargo porque el cupo de puestos a ocupar por su territorio ya estaba completo, etc., etc., etc.
Y, como dijimos, este modelo ha propiciado que todo el poder se haya desplazado a Tenerife, cosa que el flamante presidente de CC de Gran Canaria negó hace algún tiempo cuando se esforzó en demostrar con los grandes números de las inversiones que el proyecto de CC es igual de equilibrado en todas las islas. Y si no lo creen así, sólo hay que leer el editorial que un influyente diario tinerfeño publicó hoy, dice así: “… además, el grueso de los votantes nacionalistas proceden de Tenerife, por mucho que se empeñen en desmentirlo José Carlos Mauricio y María de Mar Julios, y es Tenerife la que debe proponer a su cabeza de cartel”, y no sólo al cabeza de cartel, sino a la gran cantidad de cargos intermedios, los que realmente se encargan de arrimar el ascua a su chicharro.
Blanco y en botella, Señor Presidente de CC en Gran Canaria, usted ha sido artífice destacado de este desaguisado general, cuyos efectos perjudiciales ya no le se le esconden ni a usted mismo. Es el modelo, estúpido.