ILÍCITOS
Estos días se presenta el libro de Moisés Naím “Ilícito”, publicado en España por la Editorial Debate. En él se hace un análisis de la situación que a nivel mundial se vive, donde lo ilícito ha conseguido dominar a lo lícito, con la complacencia y complicidad de los poderes de los Estados. Además, afirma, lo ilícito se ha globalizado, de modo que no respeta fronteras, ni se puede analizar desde la óptica de un solo país, así que, países que antes estaban totalmente alejados, ahora se encuentran próximos, unidos por lo ilícito.
Otro aspecto característico de esta nueva situación es que el panorama mundial está salpicado de “agujeros negros geopolíticos” y de “puntos de luz”. En esos agujeros negros geopolíticos, “nuestras reglas tradicionales, nuestra forma de entender” el sistema, “no existen”, y suelen ser regiones del mundo caracterizadas por la debilidad de su gobierno, donde los traficantes son el poder más importante, estando las administraciones “a su merced”.
“Para que un país sea atractivo para los traficantes, tiene que tener una administración de justicia muy débil, unas fuerzas armadas fácilmente comprables, un liderazgo político corrupto y un sistema financiero suficientemente grande y sofisticado como para poder digerir y transferir fondos, así como una buena localización geográfica", explicó Naím.
Hoy me he dado cuenta de que mi centro educativo también responde a este análisis: me he visto dominado por un agujero negro.
Ayer nos convocaron a reuniones de Equipos Educativos que hemos estado celebrando hoy (lo cual ya es rechazable de plano, porque parece que estamos siempre a disposición de la improvisación en la que vive el “Equipo” Directivo ¿?).
Cuando me encuentro en la reunión, compruebo como el acto se convierte en un asunto administrativo, hablando exclusivamente de temas relacionados con las listas de clase, las asignaturas que tiene aprobadas y/o suspendidas el alumnado, de los centros en los que realizaron estudios con anterioridad, y otros por el estilo. De cualquier cosa menos hablar de:
a) La evaluación y seguimiento global de los alumnos del grupo, estableciendo las medidas necesarias para mejorar su aprendizaje.
b) Las actuaciones necesarias para mejorar el clima de convivencia del grupo.
c) Coordinarnos en los problemas de enseñanza-aprendizaje que surgen en el seno del grupo, estableciendo las medidas adecuadas para resolverlos.
d) Planificar la coordinación de actividades de enseñanza y aprendizaje que se propongan a los alumnos del grupo.
Y todo ello sucede después de que el mes pasado planteara en una reunión de la Comisión de Coordinación Pedagógica que tenemos que realizar esas reuniones siguiendo una guía con el orden del día, que debe estar adaptada a cada nivel educativo y a cada convocatoria.
De modo que nos han tenido reunidos más de tres horas realizando una labor administrativa, en lugar de hablar de lo que debemos: el alumnado, cómo ayudarle para superar sus dificultades, para mejorar su rendimiento.
Lo cierto es que hemos caído hoy en este agujero negro, a veces vivimos algún “punto de luz”, porque no tenemos un “Equipo Directivo”, que mantenga un auténtico liderazgo pedagógico en el Instituto, que asuma sus responsabilidades, que deje de ser complaciente con los ilícitos, que se coordine, que muestre verdadera preocupación por el alumnado; en fin, carecemos de un equipo que vele por los temas para los que tienen una disponibilidad horaria y una asignación económica.
Es evidente que el Claustro tiene mucha culpa en todo esto, donde también hay agujeros negros y puntos de luz, donde se mezclan los lícitos con los ilícitos, donde no hay demasiada predisposición a afrontar los problemas, ni ganas de debatir para mejorar.
Para los que nos dedicamos a este trabajo, sabemos que el esquema de Moisés Naím se puede ampliar a otros estamentos de la vida educativa, hasta las familias y la Administración, lo que permite a los ilícitos actuar impunemente cada día.
Con este post ya he transgredido bastante. No quiero profundizar más. Será suficiente con que dimitan.
Otro aspecto característico de esta nueva situación es que el panorama mundial está salpicado de “agujeros negros geopolíticos” y de “puntos de luz”. En esos agujeros negros geopolíticos, “nuestras reglas tradicionales, nuestra forma de entender” el sistema, “no existen”, y suelen ser regiones del mundo caracterizadas por la debilidad de su gobierno, donde los traficantes son el poder más importante, estando las administraciones “a su merced”.
“Para que un país sea atractivo para los traficantes, tiene que tener una administración de justicia muy débil, unas fuerzas armadas fácilmente comprables, un liderazgo político corrupto y un sistema financiero suficientemente grande y sofisticado como para poder digerir y transferir fondos, así como una buena localización geográfica", explicó Naím.
Hoy me he dado cuenta de que mi centro educativo también responde a este análisis: me he visto dominado por un agujero negro.
Ayer nos convocaron a reuniones de Equipos Educativos que hemos estado celebrando hoy (lo cual ya es rechazable de plano, porque parece que estamos siempre a disposición de la improvisación en la que vive el “Equipo” Directivo ¿?).
Cuando me encuentro en la reunión, compruebo como el acto se convierte en un asunto administrativo, hablando exclusivamente de temas relacionados con las listas de clase, las asignaturas que tiene aprobadas y/o suspendidas el alumnado, de los centros en los que realizaron estudios con anterioridad, y otros por el estilo. De cualquier cosa menos hablar de:
a) La evaluación y seguimiento global de los alumnos del grupo, estableciendo las medidas necesarias para mejorar su aprendizaje.
b) Las actuaciones necesarias para mejorar el clima de convivencia del grupo.
c) Coordinarnos en los problemas de enseñanza-aprendizaje que surgen en el seno del grupo, estableciendo las medidas adecuadas para resolverlos.
d) Planificar la coordinación de actividades de enseñanza y aprendizaje que se propongan a los alumnos del grupo.
Y todo ello sucede después de que el mes pasado planteara en una reunión de la Comisión de Coordinación Pedagógica que tenemos que realizar esas reuniones siguiendo una guía con el orden del día, que debe estar adaptada a cada nivel educativo y a cada convocatoria.
De modo que nos han tenido reunidos más de tres horas realizando una labor administrativa, en lugar de hablar de lo que debemos: el alumnado, cómo ayudarle para superar sus dificultades, para mejorar su rendimiento.
Lo cierto es que hemos caído hoy en este agujero negro, a veces vivimos algún “punto de luz”, porque no tenemos un “Equipo Directivo”, que mantenga un auténtico liderazgo pedagógico en el Instituto, que asuma sus responsabilidades, que deje de ser complaciente con los ilícitos, que se coordine, que muestre verdadera preocupación por el alumnado; en fin, carecemos de un equipo que vele por los temas para los que tienen una disponibilidad horaria y una asignación económica.
Es evidente que el Claustro tiene mucha culpa en todo esto, donde también hay agujeros negros y puntos de luz, donde se mezclan los lícitos con los ilícitos, donde no hay demasiada predisposición a afrontar los problemas, ni ganas de debatir para mejorar.
Para los que nos dedicamos a este trabajo, sabemos que el esquema de Moisés Naím se puede ampliar a otros estamentos de la vida educativa, hasta las familias y la Administración, lo que permite a los ilícitos actuar impunemente cada día.
Con este post ya he transgredido bastante. No quiero profundizar más. Será suficiente con que dimitan.
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