LA AGENDA DE LIBERACIÓN

Si el cuerpo de este niño, que lleva el médico, fuera el de un hijo tuyo...

El Partido Republicano de EEUU; es decir, El Sr. Bush, pierde el control del Congreso y está a punto de perder el del Senado. Estas recientes elecciones no les han ido bien a los republicanos, llevándose un buen revés y pagando así la arrogancia y soberbia con la que se muestran ante sus ciudadanos/as y ante el mundo en general. Es probable que, en un caso hipotético, si éstos se presentaran a las elecciones en otros países, no alcanzarían siquiera representación en las cámaras (O quizá sí la obtuvieran).
Mientras, el Estado de Israel continúa con “su política” hacia los vecinos; es decir, matando cada día a más de una docena de personas palestinas, lo mismo que hizo con la población libanesa. Da igual quienes sean, niños/as, mayores, mujeres, milicianos, etc., da lo mismo. Todo, en ese sentido, es justificable, lo que demuestra el doble rasero con el que se miden las mismas cosas, para concluir sintiendo el poco valor que tienen esas vidas para quienes practican y respaldan esa política. La vida de una persona del mundo occidental no tiene precio, claro está; pero la de una medio oriental vale nada.
Más próximo a nosotros, en Cataluña vuelven a formar gobierno los grupos de izquierdas; de nuevo se reedita el conocido tripartito, dejando a CiU en la oposición. La primera reacción de los convergentes ha sido la intención de cambiar el sentido de su voto a los Presupuestos Generales del Estado; es decir, si gobernaran en Cataluña votarían a favor, pero como no es así, entonces ya no les gustan los presupuestos y, por lo tanto, votarán en contra. Toda una demostración de sentido común, no de interés partidista. (¿?)
Por último, continuamos impregnados del mal olor que desprenden los políticos locales, que continúan, afortunadamente, llenado los juzgados, comisarías, cárceles, etc. Jamás se ha visto algo parecido, con tanta corbata reluciente detrás de las rejas. Al mismo tiempo, quienes suelen practicar el “tú también”, el “tú más”, o, simplemente, el más radical “eso conmigo no pasaba”, ahora están indigestos de los sapos que han tenido que tragarse. Y lo que les queda.