ZONA DE TRANSGRESIÓN

Un espacio en el que opinar con total libertad, en ocasiones con cierta ironía, pero con respeto.

22 diciembre, 2006

ESCENIFICANDO



Como estaba previsto, el Presidente del Gobierno y el líder de la oposición se han reunido hoy por espacio de hora y media en el Palacio de la Moncloa. A la salida, el Sr. Rajoy se trasladó a la sede de su partido en Madrid donde, horas más tarde, ofreció una rueda de prensa. La única diferencia que existe en su declaración y en las respuestas a las preguntas de los periodistas presentes ha sido el tono utilizado, porque el contenido de la información que dio, y que dice ser la que le trasladó al Presidente, es la misma que ha venido repitiendo en los últimos meses. En este sentido hubo esa pequeña diferencia, pues no estuvo en el nivel “mitinero” con el que se le suele oír en el Parlamento y los fines de semana.
Por su parte, la Señora Vicepresidenta del Gobierno fue la encargada de hacer llegar a la opinión pública los comentarios que el Gobierno quiso hacer sobre la referida reunión. Ella se ha mantenido también en la misma postura que ha tenido en los últimos tiempos.
Todo ello parece mostrar que la reunión ha sido un fracaso y que las posturas siguen estando muy alejadas; sin embargo, es todo lo contrario: todos los demócratas están de acuerdo pero no quieren escenificar el acuerdo, porque les parece que así, mostrando el desacuerdo, pueden obtener más votos.
Veamos. El líder de la oposición pone tres condiciones para que se llegue al consenso que todos quieren: 1ª) que Batasuna no se presente a las elecciones mientras ETA no anuncie (en este concepto hay cierto riesgo: anunciar no es irreversible) su voluntad de disolverse; 2ª) que no haya una mesa de partidos políticos en la que participe una organización terrorista, y 3ª) que la Fiscalía General del Estado aplique la ley "con toda contundencia".
Por su parte, el Gobierno afirma: 1º) que le gustaría que Batasuna se presentara a las elecciones, pero ya sabemos que para que eso suceda deben darse los mismos pasos que el Partido Popular exige; 2º) si Batasuna se legaliza, puede actuar como partido en cualquier foro, incluso se puede hablar de política con cualquier persona, pero dejando claro que los acuerdos a los que se llegue sólo tienen validez política si son refrendados por las instituciones competentes; por tanto, las temidas mesas de partidos no tienen validez alguna, en caso de que se lleguen a formar, porque los acuerdos allí tomados deben ser asumidos por las instituciones, como no podía ser de otra manera en un Estado de Derecho; y 3º) respecto al Fiscal General del Estado, si alguien tienen alguna duda de la actuación del Poder Judicial a la hora de actuar con independencia y contundencia después de las últimas sentencias dictadas en contra del entramado terrorista, es que no quiere ver la realidad.
Por tanto, todos los partidos democráticos están de acuerdo en la lucha antiterrorista, sin embargo, prefieren seguir escenificando que hay muchas diferencias. Y es así porque, en primer lugar, no pueden cambiar radicalmente de posición respecto a la trayectoria que han mantenido en los últimos meses, se necesita un tiempo para que los matices de las declaraciones y que las formas de las mismas se vayan aproximando. En segundo lugar, lo dicho más arriba: escenificar la diferencia, subrayar el desastre en el que parece que andamos, es una manera de procurar hacerse con los tan ansiados votos.
De modo que en estos momentos todos los actores del problema terrorista están desempeñando su papel: Batasuna lo hace cada día, en defensa de sus intereses y para contentar a sus bases; la banda terrorista lo hace también (si se puede hablar de unidad de la banda), para demostrar que aún sigue siendo fuerte a pesar de que dice haber apostado por la solución dialogada del conflicto; el Gobierno está también en su papel y mostrando que controla la situación (temple, tiempo y tenacidad); y el Partido Popular escenifica, así mismo, el guión que en este reparto le toca. El resto de actores se mantienen dentro de lo que se espera de ellos: Gobierno Vasco, resto de partidos del arco parlamentario e instituciones diversas apoyan en cierta medida el papel del Gobierno.
Al respecto, sólo cabe poner dos “peros”. El primero, que esperamos que esta escenificación no suponga poner en riesgo la solución del problema, porque eso sería imperdonable; y, el segundo, que habíamos acordado hace bastante tiempo (Pacto por las libertades y contra el terrorismo) que el asunto del terrorismo no se utiliza para la legítima confrontación política entre partidos.
Por último, deben desaparecer algunos “prejuicios”, y pongo las comillas porque no tengo claro si lo son. Quiero decir, que hay momentos en que la oposición sigue con el prejuicio, muy interiorizado, de que el Presidente no es de fiar (vuelve Bambi); mientras que en otros momentos lo tachan de verdadero “animal político”. Aquí escenifican uno de los dos papeles dependiendo del público que asista a la función.