LA TRAMA ROSA
En el mes de febrero de 1.998, la revista Tiempo publicaba una entrevista con Don Luis Maria Anson Oliart, director del periódico ABC desde enero de 1.983, en la que dio a conocer la trama que urdieron para conseguir echar a Don Felipe González de la Moncloa. En ella, el Sr. Anson dice textualmente que “había que terminar con Felipe González, ésa era la cuestión. Al subir el listón de la crítica se llegó a tal extremo que en muchos momentos se rozó la estabilidad del propio Estado. Eso es verdad. Tenía razón González cuando denunció ese peligro..., pero era la única forma de sacarlo de ahí”. “La cultura de la crispación existió porque no había manera de vencer a González con otras armas», advirtió Don Luis María Anson. “González ganó tres elecciones por mayoría absoluta y volvió a ganar la cuarta cuando todo indicaba que iba a perder”, continuó. “Hubo que elevar la crítica hasta extremos que a veces afectaron al propio Estado. González bloqueaba algo vital en una democracia: la alternancia. Si llega a ganar las elecciones del 96, con la bonanza económica no hubiera habido quien lo echase hasta el 2004. No salimos de 40 años de Franco para entrar en 30 años de González”.
De modo que la cultura de la crispación existió hace mucho tiempo y dio muy buenos resultados a quienes la fomentaron. Es por ello que se ha vuelto de nuevo a la misma estrategia desde que el Partido Popular perdió las elecciones en 2004. Esta forma de conducir la vida política y de hacer oposición contrasta totalmente con los últimos años del Partido Socialista en la oposición, no en vano, los conspiradores, políticos y periodistas, se referían al Presidente del Gobierno como “Bambi” o “zapatitos” (¿recuerdan?).
Últimamente, los insignes periodistas, los conspiradores, ya no sólo tienen con elevar el listón hasta poner en riesgo la estabilidad del Estado, sino que necesitan, constantemente, inventar historias para conseguir el objetivo acabar con el Gobierno del Sr. Zapatero. Así, esta prensa que intenta mostrarse como muy seria y responsable en todos los asuntos, que se atribuye el derecho a representar a la ciudadanía en los foros públicos y ante personajes públicos, está derivando por los mismos senderos que lo hace la prensa sensacionalista y la rosa: fabricar montajes para vender y, en este caso, también para conspirar.
Esta clara estrategia se viene dando desde que el Partido Popular perdió las últimas elecciones y se ha vuelto a poner de manifiesto con la última actuación del juez Sr. Del Olmo. Por todo ello, el desprestigio de estos ciudadanos es tal que debemos marcar buena distancia cuando les oigamos esa verborrea de la que hacen gala en las ondas cada mañana, y si nos atrevemos a leerlos, más aún.
Y lo más grave de todo: el Partido Popular e incluso un sector de la justicia les están siguiendo el juego, o no le queda más remedio que seguírselo.
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