LA TRAMA ROSA


De modo que la cultura de la crispación existió hace mucho tiempo y dio muy buenos resultados a quienes la fomentaron. Es por ello que se ha vuelto de nuevo a la misma estrategia desde que el Partido Popular perdió las elecciones en 2004. Esta forma de conducir la vida política y de hacer oposición contrasta totalmente con los últimos años del Partido Socialista en la oposición, no en vano, los conspiradores, políticos y periodistas, se referían al Presidente del Gobierno como “Bambi” o “zapatitos” (¿recuerdan?).
Últimamente, los insignes periodistas, los conspiradores, ya no sólo tienen con elevar el listón hasta poner en riesgo la estabilidad del Estado, sino que necesitan, constantemente, inventar historias para conseguir el objetivo acabar con el Gobierno del Sr. Zapatero. Así, esta prensa que intenta mostrarse como muy seria y responsable en todos los asuntos, que se atribuye el derecho a representar a la ciudadanía en los foros públicos y ante personajes públicos, está derivando por los mismos senderos que lo hace la prensa sensacionalista y la rosa: fabricar montajes para vender y, en este caso, también para conspirar.
Esta clara estrategia se viene dando desde que el Partido Popular perdió las últimas elecciones y se ha vuelto a poner de manifiesto con la última actuación del juez Sr. Del Olmo. Por todo ello, el desprestigio de estos ciudadanos es tal que debemos marcar buena distancia cuando les oigamos esa verborrea de la que hacen gala en las ondas cada mañana, y si nos atrevemos a leerlos, más aún.
Y lo más grave de todo: el Partido Popular e incluso un sector de la justicia les están siguiendo el juego, o no le queda más remedio que seguírselo.
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