LOS QUE ADOCTRINAN EN LOS VALORES DEL CATOLICISMO
El Tribunal Constitucional ha resuelto desestimar la cuestión de inconstitucionalidad presentada por una profesora de religión católica. La profesora fue despedida por llevar una vida contraria a los preceptos de la religión católica, argumentando que la Iglesia se extralimita en sus competencias, puesto que se le deja de contratar por cuestiones personales y no por asuntos profesionales: está divorciada y vive con otro hombre sin estar casada con él.
La situación de partida es muy sui géneris, pues nos encontramos ante el hecho de que la Iglesia puede impartir clases de doctrina católica en los centros de enseñanza pública, la única confesión religiosa que goza de ese estatus, y dispone de libertad absoluta para contratar al personal que estime pertinente para impartir dicha doctrina. Sin embargo, el sueldo de ese personal, y los costes que procedan de alguna indemnización, son abonados por el erario público, sin que la Administración Educativa pueda intervenir lo más mínimo en el proceso de selección de ese personal, ni en lo referente a su titulación, formación, cualidades pedagógicas, etc.
A todas luces, y dando por fijas (de momento) las variables anteriores, la sentencia es impecable, puesto que obliga a quienes adoctrinen a los estudiantes en los valores del catolicismo a vivir conforme a esos valores, y concede a la Iglesia la potestad para determinar quien vive conforme a ellos y quienes no. Los que no lo hagan, pueden ser despedidos por la Iglesia, y el Estado paga el despido.
Como sabemos, los elegidos por la Iglesia para adoctrinar en las escuelas públicas no necesitan tener ninguna licenciatura, ni superar una oposición a funcionario. Por el contrario, tienen una jornada laboral y un sueldo semejantes a los que tienen los docentes funcionarios que sí han tenido que acreditar una titulación académica y superar un concurso oposición. Por ello, y contando con semejantes beneficios laborales, de los que no goza ningún ciudadano de este país, nadie puede trabajar en la enseñanza pública sin titulación y luego oposición, lo menos que pueden hacer es vivir conforme a lo que predican en las aulas. Es para ello, para ese adoctrinamiento, para lo que son elegidos por los sres. obispos, y no se puede insistir al alumnado en que deben vivir conforme a los valores católicos y luego actuar en lo personal en contra de esos valores.
Lo curioso ahora son las siguientes reflexiones y lo que se pueda derivar de la sentencia:
1º.- Quizá la profesora pueda recusar al algún magistrado del Tribunal Constitucional, o lo debió hacer antes, en la línea del que ha sido recusado para intervenir en los debates del Estatuto catalán.
2º.- Podríamos entrar en una especie de caza de brujas, denunciando a todo aquel que esté adoctrinando al alumnado en los preceptos del catolicismo y luego viva como una progresista acorde con estos tiempos.
3º.- Puede que esta sentencia del Tribunal Constitucional siente jurisprudencia, y la Administración Pública pueda rescindir el contrato a cualquier docente que se permita actuar en el aula de manera contraria a los valores democráticos, los principios del Proyecto Educativo del Centro, etc.,
4º.- Siendo ésta una sentencia del Tribunal Supremo, no estaría de más que el Estado recordara alLa Iglesia que debe extremar los sistemas de selección del personal que vaya a adoctrinar al alumnado de los centros públicos, para asegurarse de que los libremente elegidos cumplen y viven conforme a los valores del catolicismo. Debemos velar por el presupuesto público y gastar lo menos posible en indemnizaciones por despidos de los que adoctrinan en los centros educativos públicos, por no vivir como se les exige.
5º.- Esperamos que no se tenga noticia de que haya un solo adoctrinador que no viva conforme a esa doctrina, y que la sentencia no le suponga a la Iglesia una dificultad a la hora de encontrar personas idóneas para seguir adoctrinando.
6º.- Los adoctrinadores se quejan de que no son curas ni monjas, y que la Iglesia los confunde con ellos, pero a nadie se le esconde que están siendo contratados por la falta de curas y monjas para adoctrinar en las escuelas públicas, por tanto, están contratados para suplir esa figura de cura o monja, por tanto…
7º.- La coherencia de La Iglesia debe ser absoluta, y no sería admisible que despida a quienes están llamados a adoctrinar en la fe católica y no viven conforme a ella, mientras mantiene en otros puestos, como es el caso de locutores de la cadena radiofónica de la Iglesia (COPE), a personas que abiertamente declaran no vivir de acuerdo con lo que la Iglesia predica.
La situación de partida es muy sui géneris, pues nos encontramos ante el hecho de que la Iglesia puede impartir clases de doctrina católica en los centros de enseñanza pública, la única confesión religiosa que goza de ese estatus, y dispone de libertad absoluta para contratar al personal que estime pertinente para impartir dicha doctrina. Sin embargo, el sueldo de ese personal, y los costes que procedan de alguna indemnización, son abonados por el erario público, sin que la Administración Educativa pueda intervenir lo más mínimo en el proceso de selección de ese personal, ni en lo referente a su titulación, formación, cualidades pedagógicas, etc.
A todas luces, y dando por fijas (de momento) las variables anteriores, la sentencia es impecable, puesto que obliga a quienes adoctrinen a los estudiantes en los valores del catolicismo a vivir conforme a esos valores, y concede a la Iglesia la potestad para determinar quien vive conforme a ellos y quienes no. Los que no lo hagan, pueden ser despedidos por la Iglesia, y el Estado paga el despido.
Como sabemos, los elegidos por la Iglesia para adoctrinar en las escuelas públicas no necesitan tener ninguna licenciatura, ni superar una oposición a funcionario. Por el contrario, tienen una jornada laboral y un sueldo semejantes a los que tienen los docentes funcionarios que sí han tenido que acreditar una titulación académica y superar un concurso oposición. Por ello, y contando con semejantes beneficios laborales, de los que no goza ningún ciudadano de este país, nadie puede trabajar en la enseñanza pública sin titulación y luego oposición, lo menos que pueden hacer es vivir conforme a lo que predican en las aulas. Es para ello, para ese adoctrinamiento, para lo que son elegidos por los sres. obispos, y no se puede insistir al alumnado en que deben vivir conforme a los valores católicos y luego actuar en lo personal en contra de esos valores.
Lo curioso ahora son las siguientes reflexiones y lo que se pueda derivar de la sentencia:
1º.- Quizá la profesora pueda recusar al algún magistrado del Tribunal Constitucional, o lo debió hacer antes, en la línea del que ha sido recusado para intervenir en los debates del Estatuto catalán.
2º.- Podríamos entrar en una especie de caza de brujas, denunciando a todo aquel que esté adoctrinando al alumnado en los preceptos del catolicismo y luego viva como una progresista acorde con estos tiempos.
3º.- Puede que esta sentencia del Tribunal Constitucional siente jurisprudencia, y la Administración Pública pueda rescindir el contrato a cualquier docente que se permita actuar en el aula de manera contraria a los valores democráticos, los principios del Proyecto Educativo del Centro, etc.,
4º.- Siendo ésta una sentencia del Tribunal Supremo, no estaría de más que el Estado recordara alLa Iglesia que debe extremar los sistemas de selección del personal que vaya a adoctrinar al alumnado de los centros públicos, para asegurarse de que los libremente elegidos cumplen y viven conforme a los valores del catolicismo. Debemos velar por el presupuesto público y gastar lo menos posible en indemnizaciones por despidos de los que adoctrinan en los centros educativos públicos, por no vivir como se les exige.
5º.- Esperamos que no se tenga noticia de que haya un solo adoctrinador que no viva conforme a esa doctrina, y que la sentencia no le suponga a la Iglesia una dificultad a la hora de encontrar personas idóneas para seguir adoctrinando.
6º.- Los adoctrinadores se quejan de que no son curas ni monjas, y que la Iglesia los confunde con ellos, pero a nadie se le esconde que están siendo contratados por la falta de curas y monjas para adoctrinar en las escuelas públicas, por tanto, están contratados para suplir esa figura de cura o monja, por tanto…
7º.- La coherencia de La Iglesia debe ser absoluta, y no sería admisible que despida a quienes están llamados a adoctrinar en la fe católica y no viven conforme a ella, mientras mantiene en otros puestos, como es el caso de locutores de la cadena radiofónica de la Iglesia (COPE), a personas que abiertamente declaran no vivir de acuerdo con lo que la Iglesia predica.
1 Comments:
sinseramente se supone que con el paso de los S.ascendemos en la escala que tiene el hombre.. en el S. XX un servidor en la decada de final de los 40 y comienzo de los 50 yo no daba religion en la escuela era opcional ¡¡ el unico alumno en esa linea !! mi padre firmo e envio una nota y nada mas .. mi obligacion en esa hora asistir a clases de moral en la biblioteca impartida por los libros a mi disposicion bajo la atenta mirada de la bibliotecaria alli conoci y abri mi primer amigo se llama el diccionario (15 tomos) El porque del porque con ellos y durante los tres años finales de la primaria pase mis horas de "moral" y sin dar religion soy pagano literalmente hablando, me entere a los 16 años mi padre lo comento como se lo prometio a el mismo .. le escuche y por voluntad propia jamas se me paso abrazar alguna dirccion de "fe" alguna cosa que me satisface en lo personal mas aun HOY en que la humanidad y el hombre se ensarzo en una nueva cruzada con las mismas intenciones e intereses pero no se imagina lo bien que me siento haber crecido y compartido espacio con los demas y mi desicion de ser un "libre" pagano infiel ... solo hago mirar, respetar y esperar que no pase a mas mientras yo comparta con todos tiempo y espacio luego apañense ustedes lo quisieron asi .......... cordialmente
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