DAMNIFICADOS
La sentencia del Tribunal Supremo ha reactivado, tal y como se temía, la violencia callejera en el País Vasco y Navarra. Durante los altercados han sido detenidas varias personas acusadas de ser causantes de los mismos. La estrecha relación entre la banda terrorista y estas organizaciones juveniles es evidente, sólo que el Tribunal Supremo la ha demostrado. De hecho, los de Batasuna han dicho alguna vez estar en disposición de parar la violencia en las calles, por lo que todos los partidos democráticos le están exigiendo que pongan fin a esa dinámica.
Junto a ellos, también están siendo detenidas las personas afectadas por la sentencia, que deberán ingresar en la cárcel para cumplir el resto de las condenas. Con ello, además de la violencia, vuelve el dolor y retornan sentimientos que nos alejan del mejor camino para resolver el conflicto.
De modo que, no en igualdad de condiciones, claro, pero la actividad terrorista está expandiendo el malestar, tal y como se ha visto en estas detenciones, por todos lados: a los que han sufrido los atentados, a quienes están amenazados de sufrirlos (casi todos), a quienes se ven “arrastrados” a entrar en estas dinámicas para acabar en la clandestinidad o pasando los mejores años de su vida en la cárcel, etc.
Por todo ello, parece evidente que la lucha contra el terrorismo debe tener en cuenta también la acción política, la que debe conducir a restar todo el apoyo social a la banda terrorista, para que encauce la acción política de este colectivo por senderos exclusivamente democráticos.
En este aspecto coinciden todos los partidos políticos salvo el Partido Popular (que no coincide en ello en lo que va de esta legislatura, pero que sí coincidió en otras anteriores), que continúa en su ya conocido negacionismo. Además, se da la paradoja de que el PP se aferra al “pacto antiterrorista” como la mejor arma para luchar contra el terrorismo, cuyo autor intelectual fue el Sr. Rodríguez Zapatero, mientras ahora se empeñan en mostrar al Presidente como un incompetente, inconsciente, incapaz, etc., tal y como hicieron cuando propuso el pacto.
Es decir, el instrumento que elaboró el Presidente, cuando estaba en la oposición, ha sido el más eficaz para la lucha contra el terrorismo, mientras que ahora, de repente, cuando está en el poder, se ha vuelto tarumba y no quiere acabar con el terrorismo, sino lo que quiere es rendirse ante los terroristas.
Evidentemente, es insostenible que ahora diga el Sr. Rajoy que apoyarlo es un suicidio. Es él quien debe reflexionar seriamente antes de que sea demasiado tarde, pues camina hacia su suicidio político. Así lo vuelve a confirmar hoy La Vanguardia, que establece una diferencia entre el PP y el PSOE de más de siete puntos favorables a éste último. “Por lo que respecta al respaldo de los principales líderes, un 48% de los españoles expresa mucha o bastante confianza en Rodríguez Zapatero, mientras que sólo el 26% muestra idéntico nivel de confianza en Mariano Rajoy”.
Ya sólo quedan cuatro meses para las elecciones municipales y autonómicas y parece que las cosas no mejoran para los populares, con lo que el utilizar la lucha contra el terrorismo como arma electoral, lejos de darle beneficios políticos, parece que se los está quitando. De cara a las elecciones generales de 2.008, o ganan por mayoría absoluta, o vuelven a la oposición. Y tal como van las cosas… Es lo que tiene elegir estar solo.
Junto a ellos, también están siendo detenidas las personas afectadas por la sentencia, que deberán ingresar en la cárcel para cumplir el resto de las condenas. Con ello, además de la violencia, vuelve el dolor y retornan sentimientos que nos alejan del mejor camino para resolver el conflicto.
De modo que, no en igualdad de condiciones, claro, pero la actividad terrorista está expandiendo el malestar, tal y como se ha visto en estas detenciones, por todos lados: a los que han sufrido los atentados, a quienes están amenazados de sufrirlos (casi todos), a quienes se ven “arrastrados” a entrar en estas dinámicas para acabar en la clandestinidad o pasando los mejores años de su vida en la cárcel, etc.
Por todo ello, parece evidente que la lucha contra el terrorismo debe tener en cuenta también la acción política, la que debe conducir a restar todo el apoyo social a la banda terrorista, para que encauce la acción política de este colectivo por senderos exclusivamente democráticos.
En este aspecto coinciden todos los partidos políticos salvo el Partido Popular (que no coincide en ello en lo que va de esta legislatura, pero que sí coincidió en otras anteriores), que continúa en su ya conocido negacionismo. Además, se da la paradoja de que el PP se aferra al “pacto antiterrorista” como la mejor arma para luchar contra el terrorismo, cuyo autor intelectual fue el Sr. Rodríguez Zapatero, mientras ahora se empeñan en mostrar al Presidente como un incompetente, inconsciente, incapaz, etc., tal y como hicieron cuando propuso el pacto.
Es decir, el instrumento que elaboró el Presidente, cuando estaba en la oposición, ha sido el más eficaz para la lucha contra el terrorismo, mientras que ahora, de repente, cuando está en el poder, se ha vuelto tarumba y no quiere acabar con el terrorismo, sino lo que quiere es rendirse ante los terroristas.
Evidentemente, es insostenible que ahora diga el Sr. Rajoy que apoyarlo es un suicidio. Es él quien debe reflexionar seriamente antes de que sea demasiado tarde, pues camina hacia su suicidio político. Así lo vuelve a confirmar hoy La Vanguardia, que establece una diferencia entre el PP y el PSOE de más de siete puntos favorables a éste último. “Por lo que respecta al respaldo de los principales líderes, un 48% de los españoles expresa mucha o bastante confianza en Rodríguez Zapatero, mientras que sólo el 26% muestra idéntico nivel de confianza en Mariano Rajoy”.
Ya sólo quedan cuatro meses para las elecciones municipales y autonómicas y parece que las cosas no mejoran para los populares, con lo que el utilizar la lucha contra el terrorismo como arma electoral, lejos de darle beneficios políticos, parece que se los está quitando. De cara a las elecciones generales de 2.008, o ganan por mayoría absoluta, o vuelven a la oposición. Y tal como van las cosas… Es lo que tiene elegir estar solo.
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