ZONA DE TRANSGRESIÓN

Un espacio en el que opinar con total libertad, en ocasiones con cierta ironía, pero con respeto.

14 enero, 2007

RECTIFICAR LOS ERRORES

Jose María Aznar y su mujer, Ana Botella, en la manifestación del pasado 25 de febrero en contra de la negociación con ETA por parte del Gobierno socialista. Foto: AP.

El líder del principal partido de la oposición ha vuelto hoy a la carga: la realidad no es como la vemos, es como él la cuenta. Ha insistido, nuevamente, en sus tesis, lo que nos confirma que ya se ha decidido continuar con esta estrategia hasta el final de la legislatura, porque lo importante es ganar las elecciones, no acabar con el terror.
Los conservadores se han marcado ese objetivo, de ganar las próximas elecciones, y para ello han apostado por el “todo vale”; es por eso que con el asunto del terrorismo se comportan como los aficionados que hablan cada lunes de fútbol, esos que son “los mejores” entrenadores y/o seleccionadores, esos que dicen todo lo que se puede decir y más, de modo que en algo acertarán, para luego añadir “ya lo dije yo”.
Así, estos políticos y sus afines en los medios, se dedican a enervarnos con debates estériles sobre la paz, sobre si estamos en guerra contra el terror o sólo es un problema de falta de libertad, aunque haya gente inocente que muera. Entrar en estos momentos, de manera pública, en estas disquisiciones, cuando hay que concentrar las fuerzas, la energía, la imaginación, etc., en acabar con el problema, es patético, repugnante y desacredita a quien lleva el debate a ese punto.
Este asunto nos acerca a la desesperación, comprobar tanta hipocresía, tanta maldad y tanta contradicción sólo nos lleva a esperar que los jueces y fiscales sigan haciendo bien el trabajo que estos mafiosos metidos a “políticos” corruptos les están generando, y que el resto de la ciudadanía, en su labor diaria y cuando se le pida consulta, actúe con inteligencia y responsabilidad.
Dice el Sr. Rajoy que “lo cómodo es callarse y apuntarse a un eslogan”, quizá sea así, no sé si es cómodo, pero lo que si sé es que lo responsable es apuntarse a un eslogan, callarse en público, como ha sido siempre, y criticar en privado. Eso es lo responsable. Es irritante comprobar cómo todo se tergiversa, cómo se mantiene esta actitud irresponsable y electoralista, y encima pretende presentarla como un ejercicio de responsabilidad política y de patriotismo.
El ex presidente del Gobierno, Sr. Aznar, sufrió un atentado de la banda terrorista el 19 de Abril de 1.995, le pudo haber costado la vida, sin embargo, cuando ganó las elecciones, y asumió la Presidencia del Gobierno, intentó poner fin al drama de la muerte que ocasiona el terrorismo por todos los medios, incluso lo intentó mediante el diálogo y las medidas de gracia.
Por el contrario, el PP se ha vuelto ahora extremadamente radical en este tema, y ese comportamiento, tan continuado en el tiempo, no tiene otra explicación que la batalla electoral. Todos confiamos en el Estado de Derecho para poner fin a este problema, pero tenemos que ser conscientes que el Estado de Derecho lleva casi cuarenta años intentándolo y aún no lo ha conseguido.
Por ello, porque es el asunto más grave que hay en la política nacional, que ha acabado con tantas vidas inocentes, es en el que cualquier gobernante tiene que empeñarse por completo; y es igualmente por ello que, quien utiliza los fracasos en esta lucha contra el terror, se muestra indigno de representarnos en las instituciones.
Esta actitud oportunista y carroñera no ha existido jamás en nuestra democracia, jamás se ha criticado y desprestigiado a un Gobierno frente a su lucha contra el terror como lo está haciendo ahora el PP, la AVT, La Iglesia y todos los terminales mediáticos de los que disponen. Jamás se ha cuestionado la capacidad de los servicios de inteligencia como se está haciendo ahora, ni siquiera cuando había cientos de muertos al año.
Es evidente que la Historia condenará a quienes no actúen mirando por el interés general de la ciudadanía, por eso, condenará a cualquier Presidente que deje pasar la oportunidad de acabar con el terror de cualquiera de las formas que el Estado de Derecho le permita. Y eso es lo que se ha hecho y en lo que se ha fracasado. Pero este “fracaso”, que ha traído como consecuencia dos nuevas muertes, es, si se me permite la expresión, “menos fracaso” que otros muchos vividos en estos casi cuarenta años y cerca de mil muertes. Y en todos esos “fracasos” nadie señaló a ningún Presidente. Ni siquiera se señaló al anterior presidente conservador que, en su intento de acabar con el terror, adoptó una serie de medidas de gracia que llevaron a la puesta en libertad de un terrorista que después asesinó a otro político, ni siquiera en ese caso se señaló al Presidente como responsable de un fracaso.
Es cierto, Sr. Rajoy, que el más grave error es empecinarse en el error. Por eso hay que rectificar, pero nadie le pide que rectifique en sus errores, porque no lo son, lo suyo es un plan diseñado a conciencia para ganar las próximas elecciones a costa, incluso, del terror.